Una por una: todas las víctimas de Lotocki que lo denunciaron públicamente

Gabriela Trenchi denunció a Anibal Lotocki por la aplicación indebida de metacrilato. Según contó la empresaria textil dijo: “Yo tengo estudios hechos en el Hospital Italiano y en la clínica Favaloro donde los mismos médicos me dicen que da miedo lo que ven, que es una bomba de tiempo. Y resulta que yo ese material no se lo pedí”.  Poco después de la muerte de Caprarola, Trenchi aseguró que el cirujano goza de cierta protección política. “Él está muy protegido, está en una clínica inhabilitada cerca de la casa y nadie va a inspeccionar, nadie va a hacer nada con todo lo que está pasando. La vida nuestra no vale nada, vamos cayendo de a uno y es como que no significamos nada para la Justicia. Evidentemente hasta que no le toquen un familiar de ellos o les pase algo grave… ahí sí se mueven rápido. Ahora tocan la guitarra, toman café, no sé qué hace el Tribunal de Casación para no llevarlo preso”, dijo.

El exparticipante de cuestión de peso es otro de los famosos que también denuncio a Lotocki. Mariano relató que a su primera consulta llegó por recomendación y con una promesa de acceder a una cirugía a cambio de nombrarlo en los medios . En ese momento no realizó ningún procedimiento pero regresó tiempo después.  “Vuelvo con él, siempre creyendo que era cirujano plástico y de los mejores. Le pedí que me retoque la nariz y el mentón. Me empezó a tocar la cara y me medía; me ofreció ponerme pómulos. Me propuso inyectarme agua fisiológica para probar si me gustaba y cuando me vi le dije que no me lo haga”, contó Mariano a LA NACIÓN. A pesar de que el joven le manifestó su intención de no colocarse pómulos, el cirujano procedió a realizar la cirugía de todas formas.  “Tenía toda la cara nueva; cuando lo cuento me pone la piel de gallina. Cuando le dije que no era lo que quería, me consoló y me dijo que no pasaba nada, que me iba a deshinchar. Fue muy convincente. Decidió sobre mi cuerpo sin mi consentimiento”, asegura.

Si bien la vedette no dio el mismo nivel de detalles que las otras denunciantes, hizo referencia a lo que le sucedió en un posteo en redes en el que empatizó con Silvina Luna: “Es un tema muy delicado y obvio que me compete a mí. A cualquiera de todas las que pasamos por las manos de ese asesino nos puede pasar lo que le está pasando a ella, porque tenemos una bomba en nuestro cuerpo”, escribió en su cuenta de Instagram.

Virginia Gallardo pasó por el consultorio del cirujano para un levantamientos de glúteos. Gallardo asegura haber estado consciente al momento del procedimiento. “Es un producto que es como una goma, como más líquido, como un pegamento. Lo vi. Él ponía en un bowl un polvito y un líquido, lo vi. Vos estás consciente, son 10 minutos, dos inyecciones con anestesia local. Va una inyección en cada glúteo”, detalló y agregó que ése mismo material produce inflamación y luego se endurece como un “cemento”. Según Gallardo, luego de esa intervención sufre de dolores constantes en la zona intervenida.

Pamela Sosa fue pareja de Lotocki durante ocho años entre 2006 y 2014. Si bien, en un principio defendió a su ex de las acusaciones en su contra, ella misma le inició acciones legales al médico. Según la modelo, las inyecciones que le introdujo el doctor en diversos tratamientos estéticos, le habrían provocado diabetes y granulomas. Un tiempo más tarde, Sosa cruzó a su ex pareja en el piso de Telenoche, mientras él daba una entrevista.  “¿En algún momento él pidió perdón? ¿Y saben por qué no lo hizo? Porque es un enfermo psicópata y narcisista, que sigue pensando que lo que hace está bien. Yo vi cuando Lotocki traía las bolsas de Polímeros, él mezcla eso con un líquido. Yo tengo aceite adentro de mi cuerpo, porque vale dos mangos y a Lotocki lo único que le importa es la plata”, dijo la modelo en esa oportunidad en referencia a su ex.

Fue el primero de todos los pacientes de Lotocki en morir como consecuencia de las intervenciones. Fue en abril de 2021. El empresario tenía 50 años y tenía dos hijos de su primer matrimonio, de 16 y 18 años. Zárate se acercó al consultorio pidiendo que le sacara un leve exceso de grasa a través de una dermolipectomía. A su vez, como el empresario tenía una hernia abdominal, Lotocki acordó extraerla en la cirugía estética. La operación se realizó en la clínica Cemeco de Caballito. Lotocki alquilaba un quirófano en el marco de la segunda ola de coronavirus, por eso, el Gobierno de la Ciudad había decretado que solo debían realizarse operaciones de riesgo de vida.