Los recientes aumentos en las dietas de los legisladores argentinos, decididos por los presidentes de las Cámaras del Congreso de la Nación, han generado un importante cambio de rumbo en el contexto del ajuste que lleva adelante el Gobierno nacional. Este incremento, que supera la media de las paritarias para el primer bimestre del año, ha sido objeto de debate en un momento en que el país enfrenta diversos desafíos económicos y sociales.
La medida, firmada por Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, y Victoria Villarruel, su par del Senado, inicialmente se refería al personal del Palacio Legislativo. Sin embargo, la falta de especificidad respecto a los legisladores suscitó incertidumbre sobre si serían incluidos en el aumento salarial. Este movimiento se da en medio de un proceso de racionalización y recorte impulsado por la administración nacional.
Aunque la resolución original no mencionaba explícitamente a los legisladores, los recibos de sueldo muestran un aumento sustancial en las dietas de los miembros de la Cámara Alta y Baja. Esto ha llevado a que algunos diputados y senadores experimenten un aumento significativo en sus ingresos, como evidencia el caso de un diputado nacional que pasó de cobrar $1.567.000 en enero a $1.984.000 en febrero.
