El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha retirado este miércoles al embajador de su país en Israel, una decisión que marca un nuevo punto álgido en las ya tensas relaciones entre ambos gobiernos. La medida llega tras meses de tensiones y críticas vehementes de Lula a la ofensiva de Israel en Gaza.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, aún no se ha recibido un mensaje oficial del gobierno brasileño sobre el retiro del embajador. Sin embargo, el encargado de negocios brasileño ha sido convocado para una reunión el jueves en la sede del ministerio para discutir el tema.
Lula da Silva ha criticado en repetidas ocasiones la ofensiva de Israel en Gaza, llegando a compararla con el Holocausto, a principios de 2024. Esta comparación provocó una reacción inmediata del canciller israelí, Israel Katz, quien convocó al embajador brasileño al Museo Nacional del Holocausto en Jerusalén para una reivindicación pública.
Tras este incidente, Lula llamó a consultas al embajador Frederico Meyer, y ahora, con la decisión de retirarlo, la situación ha escalado aún más. El diplomático Meyer ha sido transferido a Ginebra, donde se unirá a la misión permanente de Brasil ante las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales.
La cancillería brasileña no ha respondido a las solicitudes de comentarios sobre la posible designación de un nuevo embajador en Israel. La medida ha sido criticada por algunos sectores que consideran que aleja a Brasil de su tradición diplomática de equilibrio y búsqueda del diálogo, disminuyendo su capacidad para actuar como mediador en Oriente Medio.
El conflicto en Gaza, que comenzó el 7 de octubre con un ataque del grupo miliciano Hamás en el sur de Israel, ha dejado un saldo devastador: 1.200 civiles israelíes muertos y 250 secuestrados, mientras que la respuesta israelí ha causado la muerte de al menos 36.096 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Brasil, que reconoció al Estado palestino en 2010 durante la presidencia de Lula, ha celebrado recientemente el reconocimiento formal de Palestina por parte de Irlanda, Noruega y España. El Ministerio de Exteriores brasileño ha instado a otros países a seguir su ejemplo, reafirmando su apoyo a la solución de dos Estados.
Mientras tanto, Israel defiende su ofensiva en Gaza como un acto de autodefensa ante el ataque sin precedentes de Hamás y anticipa que la guerra continuará hasta finales de 2024. Las numerosas muertes de civiles y los crecientes llamados internacionales por un cese al fuego no han logrado frenar la persistencia del conflicto.
🚨 Crise diplomática entre Brasil e Israel
— Karina Michelin (@karinamichelin) February 18, 2024
Lula, disse hoje em Adis Abeba, na Etiópia, que “o que está acontecendo na Faixa de Gaza não é uma guerra, mas um genocídio” e comparou às ações de Netanyahu à Adolf Hitler contra os judeus.
“O que está acontecendo com o povo… pic.twitter.com/FzAKQqrpFn
Tensión con Lula: Petrobras detiene descarga de GNL y deja sin gas a estaciones e industrias
Este martes, la crisis del gas explotó en la administración del presidente argentino Javier Milei cuando Petrobras, la empresa estatal brasileña, se negó a descargar un buque de gas natural licuado (GNL) comprado de urgencia. La negativa de Petrobras ha dejado sin suministro de gas a las estaciones de GNC y a la industria, desatando el caos.
Petrobras impugnó la operación de compra realizada por Enarsa y no autorizó la descarga del GNL en la terminal regasificadora de Escobar. La versión oficial sostiene que hubo problemas para concretar el pago de los 22 millones de dólares del despacho. Sin embargo, la operación estaba ya empañada por sospechas de corrupción y conflictos de interés.
No está claro si la orden de detener la descarga fue emitida por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, alarmado por las sospechas de corrupción en la compra directa del buque, o si fue resultado de la falta de pago por parte de Enarsa. Además, es difícil aislar esta crisis de la tensa relación entre Lula y Milei. El presidente argentino ha lanzado repetidas agresiones contra su par brasileño y provocó una afrenta grave al invitar a Jair Bolsonaro, rival político de Lula, a su asunción.
La crisis también se agrava por la suspensión de las obras complementarias del gasoducto de Vaca Muerta, iniciadas por el gobierno anterior. Esta suspensión impide aumentar la extracción de gas del yacimiento neuquino, que actualmente registra récords de producción. Especialistas estiman que estas compras de emergencia podrían costarle al gobierno unos 3.200 millones de dólares, amenazando con consumir el superávit y las reservas acumuladas.
