La Fiscalía de Instrucción del Tercer Turno, a cargo de René Bosio, y la División de Investigaciones de Villa María lograron ayer por la tarde dar con el paradero del taxista, identificado como Pablo Rivero, que estaba desaparecido desde aproximadamente una semana y fue aprehendido en la provincia de San Juan.
Su jefe fue quien radicó la denuncia. Sin embargo, la Policía localizó al sujeto y se dieron con que todo era una farsa. Lo cierto es que nunca estuvo desaparecido, sino que el hombre viajó por sus propios medios, con el vehículo de trabajo, hacia San Juan. Además, se supo que su verdadero nombre es Aaron Moisés Molinas Hernández, se dedica a vender muñecos de terror y es de nacionalidad chilena.
Ahora, el fiscal Bosio trabaja en el pedido de extradición de San Juan a Villa María. Está imputado, en este caso, como supuesto autor del delito de estafa. Además, continúa la búsqueda del automóvil, que aun no hay rastros sobre su paradero.
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