El lunes marcó un hito en la historia del clima, ya que se registró el día más caluroso a nivel mundial desde que se comenzaron a realizar mediciones en 1979. Este récord no se trata simplemente de un fenómeno aislado, sino que refleja las consecuencias del cambio climático, la deforestación y las emisiones de gases de efecto invernadero, todas ellas derivadas de la intervención humana en el planeta.
La Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) informó que las mediciones superaron por primera vez el umbral de 17 ºC de promedio global. El registro anterior más alto fue de 16,92 ºC, registrado el 24 de julio de 2022.
A principios de junio, el servicio europeo Copérnico ya había reportado que las temperaturas medias mundiales eran las más altas jamás registradas para ese periodo.
Se espera que estos registros se superen en lo que queda del año, ya que se anticipa la llegada del fenómeno del Niño y el comienzo del verano boreal en el hemisferio norte.
El Niño es un fenómeno caracterizado por el calentamiento de las temperaturas de la superficie del agua en el océano Pacífico oriental y central, y está asociado con condiciones meteorológicas extremas como ciclones tropicales, lluvias torrenciales y sequías severas. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Niño ocurre en promedio cada dos a siete años y puede durar entre nueve y doce meses.
Se estima que la llegada del Niño aumentará significativamente la probabilidad de que se establezcan nuevos récords de temperatura y se experimente un calor más extremo en muchas partes del mundo y del océano, según el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
La OMM también ha señalado que hay un 90% de probabilidades de que el fenómeno del Niño persista en la segunda mitad de 2023 y se espera que sea de al menos intensidad moderada.
Es importante destacar que el año 2016, considerado el más cálido registrado hasta ahora, coincidió con un fuerte fenómeno de El Niño. Sin embargo, el cambio climático también ha contribuido al aumento de las temperaturas extremas, incluso en años sin la presencia del Niño.
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