Un informe titulado “La percepción democrática de las juventudes” ha revelado una preocupante tendencia entre los jóvenes de entre 16 y 29 años en Argentina. Según el estudio realizado por la plataforma Argentina Futura, en colaboración con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), el 40% de esta franja etaria siente una marcada falta de representación política.
El informe se basó en una muestra de 863 casos a nivel nacional con un nivel de confianza del 95%. Su objetivo era comprender la visión y las demandas de los jóvenes frente a la política y las elecciones PASO, que este año contarán con la participación de 14.326.174 votantes entre los 16 y 35 años, representando más del 40% del padrón electoral. De esta cifra, dos millones de jóvenes votarán por primera vez en una elección presidencial.
Los resultados del informe revelan una creciente inquietud en el segmento juvenil, que enfrenta dificultades para decidir a qué candidatos dirigirán su voto. El sociólogo y titular del programa Argentina Futura, Nahuel Sosa, señaló en una entrevista con el diario Tiempo Argentino que la pandemia profundizó variables que influyeron en este descontento político. La crisis económica, la falta de atención y cierta estigmatización de la juventud durante el período de aislamiento contribuyeron al rechazo concreto hacia las expresiones políticas tradicionales.
Las principales demandas de los jóvenes se centran en la educación y el trabajo. La formación académica es percibida como un pilar fundamental para el progreso, y el 33% de los encuestados exige con urgencia una mayor calidad educativa.
Sin embargo, sorprendentemente, no ven la profesionalización como una garantía para la inserción laboral. El informe destaca que los jóvenes encuestados enfrentan dificultades para acceder al trabajo, lo que genera incertidumbre sobre su futuro.
La falta de confianza en la estructura política del país es otra de las conclusiones del informe. Un 44% de los encuestados manifestó sentir incertidumbre respecto al futuro del país, mientras que un 14% adoptó una visión pesimista sobre los próximos años. Los jóvenes, en contraposición a los deseos de los partidos tradicionales, ven a la estructura política como la única responsable del mal funcionamiento del país. Además, expresaron una fuerte indignación hacia el Estado por su incapacidad para resolver los problemas y conflictos recurrentes.
La salud mental también es una preocupación destacada en el informe. Los efectos psicológicos de la pandemia y las dificultades económicas han generado un deterioro en la salud mental de muchos jóvenes. El acceso a una vivienda adecuada es otro problema que afecta a la salud mental de los jóvenes, ya que las condiciones laborales precarias les impiden sostener un alquiler o aspirar a la compra de una casa propia.
A pesar de estos cuestionamientos, el sociólogo Nahuel Sosa subraya que los jóvenes no rechazan el Estado en sí, sino su utilización. Los jóvenes consideran que el Estado es necesario, pero desean que se enfoque en áreas más específicas como la educación y la salud, en lugar de la asistencia social, que no resuelve los problemas estructurales relacionados con el trabajo.
Este informe destaca la importancia de escuchar las voces de los jóvenes y abordar sus inquietudes y demandas en la agenda política. La falta de representación política percibida por este segmento etario es un llamado a la reflexión para los líderes políticos, quienes deben trabajar para reconstruir la confianza y la participación de la juventud en el proceso democrático del país.
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