Todo comenzó en el Centro “E. Piaggio” de la Universidad de Pisa, donde Danilo De Rossi se ha dedicado por completo desde los años 80 al estudio de sistemas inteligentes artificiales y naturales. Su objetivo era la creación de un robot capaz de reemplazarlo en las distintas tareas cotidianas que realizaba.
Finalmente en 2007, se dio a luz a FACE (Facial Automation for Conveying Emotions) el primer prototipo de robot humanoide de apariencia femenina. Su uso se dio en ámbito medico para tratar con pacientes autistas. Sin embargo, FACE comenzó a presentar fallas tecnológicas ligadas al paso de los años.
La investigación no se detuvo y continuó con más fuerza. De este modo, antes de jubilarse, De Rossi dedicó su energía junto a Gustav Hoegen, un artista de Londres, a la creación de Abel, un androide con rostro de adolescente de apariencia ambigua, un robot expresivo no solo en su cara sino también con el resto de su cuerpo. Además, se busca dotarlo de una red de sensores que le permitan actuar estratégicamente con un comportamiento dinámico y adaptativo respecto a su interlocutor.
En cuanto a su aplicación, Abel servirá para tratar con adolescentes con problemas de comportamiento y con ancianos que padezcan Demencia Senil o Alzheimer.
Finalmente, existe un objetivo ambicioso: Abel podría servir de cuerpo para un cerebro artificial. Actualmente, los laboratorios estudian la creación de órganos como el cerebro. Incluso, ya es posible cultivar un órgano cerebral, que reproduzca algunas funciones y características de un cerebro común, por lo que en un futuro próximo Abel podría ser un gemelo digital, un robot con cerebro propio, que se mueva y actué con su propia inteligencia.