La Justicia condenó este lunes a 45 y 42 años de prisión a los sacerdotes Nicola Corradi y Horacio Corbacho, denunciados por abusos sexuales a chicos sordos e hipoacúsicos que asistían al Instituto Antonio Próvolo.
Pese a la sentencia, el Vaticano aún no expulsará a los curas. Para que avance el proceso canónico es necesaria una sentencia definitiva en un juicio eclesiástico contra los curas, que actualmente está en curso en el Vaticano.
Desde la Congregación para la Doctrina de la Fe (organismo de la Iglesia que se ocupa de delitos de esta envergadura) alegaron dificultades en el desarrollo del proceso debido a la falta de acceso a la información necesaria. En diálogo con La Nación manifestaron que hasta el momento no han podido tener acceso a los documentos y pruebas utilizadas durante el juicio. Una vez que termine en forma definitiva el proceso civil se podrá “disponer de las actas, valorar los hechos e imponer la pena canónica correspondiente”, indicaron.
