La exauditora de Villa María y actual directiva de la Defensoría del Pueblo de la Nación, Alicia Peressutti, recuperó su libertad tras pasar varios días alojada en el penal de Bouwer luego de ser acusada por 13 hechos de defraudación a la administración pública y asociación ilícita.
En su visita al programa Mesa de Diálogo, la integrante del espacio Casa Nazareth -destinado a la recuperación de personas con adicción a los estupefacientes- acusó a la fiscal Juliana Companys de estar ejerciendo contra ella y otros acusados (Lorena Pinta, ex empleada administrativa de la institución y Graciela Sánchez, actual intendente de Ballesteros) una “persecución judicial terrible”.
Días atrás, se publicó una carta llamada ‘El día que la fiscal vino por mí’ en la que Peressutti señala que la “causa lleva varios meses, nace como apéndice de otra causa por la detención de Ernesto Lazarte, ex director de la Casa Nazareth. Ahí empiezan a llamar a testigos a declarar y a todos les preguntaba por mí”, y aclaró que no tiene vínculo con esta organización, sino con Vínculos en Red, la cual se dedica a denunciar y combatir la trata de personas.
La exauditora relató que el día que fue detenida no recibió explicaciones de ningún tipo. “Acá (Córdoba, Rosario y Buenos Aires) hay una denuncia grande contra la trata y yo pensaba que me iban a ‘boletear’, y no me quería parar frente a mi casa porque decía ‘Si me van a pegar un tiro en la cabeza que no lo hagan frente a los chicos'”, relató con crudeza. “Jamás pensé que una fiscal me iba a detener. Les puedo asegurar que somos inocentes”. Y destacó que con Nazareth “hay vínculos de vida”, porque su pareja es asistido por esa institución.
“Jamás hubo ninguna denuncia ni del Estado ni de ninguna víctima“, señaló. “Esto es una persecución judicial terrible; no del Poder Judicial, sino de esta persona (por Companys). Yo no sé qué hay detrás”, acusó, y dijo: “Nos mataron en vida. Me quitaron la credibilidad para hacer una denuncia y pedir ayuda, para luchar contra el narcotráfico. Fuimos detenidas políticas. (…) Hubiera preferido que me metan un tiro, así no destruían las obras y las organizaciones“.
Mirá la nota completa:
