Un año atrás, Agustín Ávila, un joven de 16 años, perdía la vida en las cercanías del anfiteatro José Hernández. El adolescente había asistido a la zona del festival con su familia. Su mayor ilusión en aquel momento era lograr sacarse una fotografía junto Soledad Pastorutti que se presentaba esa noche sobre el escenario. Agustín se encontraba con su madre esperando que la artista saliera para saludar el público, cuando inesperadamente alguien paso y le quito su gorra. Ante el robo de la prenda, Ávila corrió tras el ladrón. Minutos después estaba tendido en el suelo sin vida.
Un grupo de varios jóvenes, entre varones y chicas, lo golpearon brutalmente. En un momento, Agustín recibió un golpe con una botella en la cabeza y cayó al piso, donde siguió recibiendo golpes y patadas de la patota hasta asesinarlo. A pesar de los desesperados intentos de sus padres por reanimarlo y de la asistencia medica, Agustín perdió la vida esta fatídica madrugada.
Tras una investigación, lograron identificar a ocho personas a quienes se les adjudica distintos grados de responsabilidades en el ataque. Aún así, la realidad es que ningún acusado hoy se encuentra imputado. Todos salieron en libertad debido a su edad. La mayoría es menor de 18 años y varios de ellos, a su vez, son menores de 16. Todos ellos recuperaron la libertad tras pasar poco más de dos meses en el Complejo Esperanza, y en el Centro de Admisión y Derivación o en el penal de Bouwer.
Entre los implicados, hay tres chicos de 15 años, dos de los cuales presuntamente tuvieron una participación activa durante el robo y el asesinato.
Sobre los tres pesa una medida tutelar. Otro adolescente de 14 años estuvo bajo una medida tutelar por haber sido encontrado “partícipe activo” de homicidio, según detallaron fuentes con acceso a la causa. También fue alcanzada una adolescente de 18 años que cumple con una medida cautelar junto a una joven de 22 años.
