La emotiva historia de superación del montañista Jorge González

En 2021 sufrió un accidente subiendo el Cerro Rincón, en Mendoza, que le hizo perder los dedos de las manos y los pies. Se recuperó y hoy da el ejemplo.
En 2021 sufrió un accidente subiendo el Cerro Rincón, en Mendoza, que le hizo perder los dedos de las manos y los pies. Se recuperó y hoy da el ejemplo.

Jorge González es ingeniero civil de profesión, pero un montañista de corazón. Desde muy joven practica la escalada a cerros y montañas, entre otras actividades de diversa dificultad al aire libre, ya que se enamoró de muy chico del deporte y los desafíos físicos.

Pero en el 2021 un evento le cambió la vida para siempre, cuando con un grupo de amigos planificó subir al Cerro Rincón (Mendoza) que tiene una inmensa cantidad de nieve. Cuenta que pensaban arrancar a la mañana temprano, y subir y bajar en el día. Cabe destacar que El Cerro Rincón de 5350 metros de altura se encuentra en el Cordón del Plata, y es un lugar de dificultad extrema, que combina roca y hielo, con angulación de entre 65 y 75 grados y hay lugares de 80 grados.

La situación comenzó a complicarse y pensaron en pasar la noche allí -ya sin agua, ya que se les había terminado-. Al otro día se complicó aún más el camino con un desprendimiento de rocas que provoca una avalancha, seguido de nieve y hielo. “A mí me lastima más la pierna, estábamos en un punto de no retorno. Era mejor seguir subiendo que bajar, yo estaba herido. Mis compañeros estaban shockeados, pero mejor que yo”. En cierto punto del ascenso se toparon con una cascada de hielo que no pudieron pasar.

En medio de la conmoción y la incertidumbre, el grupo de amigos se enteró que los estaban buscando. Los celulares tenían una pobre señal, y supieron más tarde que alguien de la zona vio las luces de pedido de rescate en una ladera, lo que le hizo llamar a las autoridades. En diálogo con Pato a la Mañana, Jorge contó que “La sensación no era desesperación. Creo que ninguno estaba atemorizado, eran situaciones en que habíamos estado todos varias veces. Lo distinto fueron las consecuencias”. “A la tercera noche llega una patrulla de siete, de un grupo de cien personas que se armó para rescatarnos”, cuenta.

Jorge sufrió severas quemaduras por congelamiento que terminaron en la amputación parcial de los dedos de ambas manos, y la amputación total de los dedos de los pies. “Hay una necrosis, la muerte del tejido”, cuenta, como consecuencia de haber perdido los guantes protectores durante la expedición.

Luego de ser rescatados, tuvo que pasar muchos meses de recuperación física y emocional. Su estado físico no decayó, y comenzó a realizar diversas actividades para poder volver a tener una vida normal. Según cuenta Jorge, el accidente no fue un determinante para cambiar su estilo de vida.

Su historia de superación:

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