El cura Héctor Pinamonti suma una nueva denuncia por abuso sexual infantil

Se trata de la tercer mujer que acusa al párroco. Señaló que se aprovechó de ella cuando tenía unos 8 años, antes de la misa en la parroquia de General Deheza.
Se trata de la tercer mujer que acusa al párroco. Señaló que se aprovechó de ella cuando tenía unos 8 años, antes de la misa en la parroquia de General Deheza.

Una tercera mujer radicó una denuncia contra el cura de 89 años Héctor Pinamonti. A sus 34 años, y luego de conocer las historias de las dos primeras denunciantes, se animó a contar y denunciar lo que le pasó cuando tenía aproximadamente 8 años, antes de la misa dominical en la parroquia de General Deheza, al sur de la provincia.

Identificada como R. para no revelar su identidad, la joven relató a Poster Central que un domingo llegó más temprano a la ceremonia y esperó su inicio en un depósito detrás del altar, donde estaban Pinamonti y una señora ayudaba a recibir los pedidos para la celebración. El hombre le pidió a la mujer que fuera a buscar algo a la casa parroquial, y al quedar solo con la niña, se sentó en una banqueta alta.

“Cuando la mujer se fue me dijo que me acercara, me agarró la cabeza y comenzó a frotar mi cara contra su pene. Yo me alejé porque me di cuenta de que eso no estaba bien. Cuando me quise ir me dijo que lo salude, asique me acerqué y le puse la mejilla. Me agarró la cara y me beso en la boca, me dijo que no sólo los novios y las mamás o los papás daban besos en la boca, y mientras tanto me tocó”, reveló.

Cabe recordar que Pinamonti tiene otras dos denuncias en su contra por causas similares. La abogada Jaqueline Cattaneo, representante de las tres víctimas, aclaró que “los delitos denunciados a Pinamonti sucedieron antes de las cambios normativos (artículo 67 del Código Penal) y no se puede sancionar un delito que no estaba vigente cuando sucedieron los hechos”. Subrayó que también “rige en el Código Penal el beneficio de la aplicación de la ley más benigna para el imputado”.

Hace poco menos de dos meses, el obispo Adolfo Uriona, a cargo de la Diócesis de Río Cuarto –de la cual depende Pinamonti- lo declaró imputable del delito de abuso sexual por los hechos expuestos por la sobreviviente entre 1995 y 1999 en San Basilio. Esto pasó casi 30 años después de cometidos los delitos. Uriona resolvió aplicarle la pena de “prohibición total de ejercer el ministerio sagrado en público por tiempo indeterminado”, lo que implica la imposibilidad de dar misa en público, pero sigue ligado a la institución católica.

Además, Pinamonti tiene una primera acusación que data de 1978, cuando una mujer que hoy tiene 55 años denunció al cura por hechos similares.

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