En estos días Chile atraviesa uno de los episodios más violentos de los últimos años. Desde el lunes pasado, habitantes de Santiago iniciaron manifestaciones masivas como consecuencia del aumento del pasaje del metro, que dejó el precio máximo del pasaje en 1,19 dólares aproximadamente.
A partir del anuncio del ajuste, los ciudadanos llevaron la protesta a las calles. Lo que comenzó como un reclamo por el aumento del pasaje en metro, terminó con graves jornadas de violencia incendiando estaciones de transporte, con el gobierno de Chile declarando toque de queda y el estado de emergencia en varias regiones.
El número de muertes este martes asciende a 15, hay más de dos mil detenidos en todo el país y cerca de mil heridos.
En los aeropuertos la actividad también está afectada y hay miles de pasajeros varados. “Ante el toque de queda que se activó entre el 19 y 21 de octubre de 2019 en la Región Metropolitana, diversos vuelos serán modificados en su itinerario en el aeropuerto de Santiago”, indicaron las autoridades.
En diálogo con Canal C, el analista político internacional, Gustavo Rossi, consideró que la situación en Chile es un reflejo de lo que sucede en otros países. “El conflicto de protesta social que en nuestra región comenzó en Ecuador con medidas antipopulares contra la clase social trabajadora se repite”, sostuvo.
#13Oct al mediodía así está la situación frente a la contraloría y la asamblea nacional. La gente se acerca a la movilización, no se rinde, la policía está formada. #PuebloHeroicoDePaz pic.twitter.com/fQHBxWFtbZ
— Marco Teruggi (@Marco_Teruggi) October 13, 2019
Según Rossi, por lo general se trata de reclamos absolutamente legítimos, que se ven desvirtuados por acciones violentas promovidas por determinados grupos. “Otro paralelo se puede aplicar con las situación que se vivió en París con los ‘Chalecos Amarillos’ y el aumento de combustibles”, señaló.
Para el analista, existen cuatro cuestiones concretas que se repiten en las diferentes regiones que promueven una situación de caos y violencia extrema.
- Políticas desacertadas contra la clase trabajadora
- El cansancio del pueblo de tolerar dichas políticas
- Grupos anarquistas que alimentan la violencia
- Regímenes que aprovechan la situación y financian las protestas
“Es lamentable que un reclamo tan legítimo como el de los ciudadanos de Chile se haya desvirtuado tanto con este nivel de violencia que es responsabilidad de algunos grupos específicos que promueven el caos y no la sociedad en su conjunto”, concluyó Rossi.
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