Cobertura de Medina Natalia, para Canal C
El recital comenzó pasadas las 21:30 hs. El público iba ingresando con expectativas de disfrutar y cantar todas las canciones. Recordemos que Sergio Dalma, había suspendido la gira en marzo, y muchos de los presentes esperaban desde esa fecha poder verlo.
Dos horas de duración de un show que dejó a todos con ganas de más. Si tuviéramos que hacer un balance, diríamos que había mucho más público femenino. Gritos y halagos al artista no tardaron en llegar en cada pausa de canción, provocando risa y simpatía en él.
Sergio Dalma, se dispuso a disfrutar de la noche, hacerla única, y les pidió a los presentes, que después de lo que lo que se vivió en pandemia, hicieran de esa noche lo que quisieran y lo que sintieran. Sobre todo disfrutar. Bromeó con el mundial y dijo que sin dudas Messi era el mejor indiscutiblemente.
Luego de varias canciones, llegó el momento acústico interpretando algunos clásicos, como “El mundo”, “Te amo”, “Esa chica es mía”, “Tú”, “Solo para ti”, haciendo que todo el público cantara.
Al final de este segmento, bajó sorpresivamente del escenario por el costado derecho, y todo el mundo se paró de sus sillas y no se sentó más. Se transformó en una pista de baile.
Casi al final del show, ingresó el grupo La Konga con algunos de sus músicos al escenario. Cabe recordar que tenían su presentación en el escenario que estaba al lado, Quality Estadio, al finalizar el show de Sergio Dalma. Sonó así “El mundo” en la voz de Pablo Tamagini – vocalista de La Konga- a dúo con el cantautor español.
Luego, y con el público encendido, ingresó Nelson Aguirre – otro de sus vocalistas- para interpretar “Yo no te pido la luna”.
Sergio, se mostró muy agradecido con la banda del momento, por poder hacerse presentes en su show, y dijo que el cuarteto era una música muy divertida, y que Córdoba había sido la primera provincia que conoció de Argentina.
Cerró su recital con dos grandes clásicos, esperados por el público, “Bailar pegados es bailar”, y “Gloria”.
Entre lágrimas de emoción, y un gracias interminable dijo Adiós.
