La atmósfera en la casa de Gran Hermano 2024 se tornó tensa durante la última gala, cuando Santiago Del Moro, el conductor del programa, desató un discurso incisivo dirigido a los concursantes, acompañado de un castigo severo por no administrar adecuadamente el presupuesto asignado.
El enojo de Del Moro estalló al revelar que la mitad del presupuesto había sido agotada debido a errores en la prueba semanal. Con voz firme, el presentador reprochó a los participantes por no demostrar suficiente compromiso con la comida, un recurso vital en la convivencia.
“La comida es todo un tema, y es sagrada, como en cualquier familia”, expresó Del Moro, instando a los concursantes a reflexionar sobre la responsabilidad de administrar los recursos disponibles. Señaló la ausencia de elementos esenciales como frutas, galletitas y manteca, contrastada con la abundancia de cigarrillos en la casa.
En un acto de disciplina, Del Moro anunció un aumento exponencial en el costo de los cigarrillos, que se descontará del ya limitado presupuesto. Instó a los concursantes a priorizar las necesidades básicas, reduciendo el gasto en tabaco para garantizar una alimentación adecuada para todos.
“Los días de la prueba pónganse las pilas”, enfatizó Del Moro, dejando claro que la falta de compromiso tendría consecuencias directas en la disponibilidad de alimentos para los participantes.