El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) se ve envuelto en una reestructuración significativa bajo la administración del Gobierno de Javier Milei, como parte de un ajuste más amplio. La Resolución 62/2024, publicada recientemente en el Boletín Oficial, formaliza el cierre de varias áreas clave y la suspensión del personal hasta nuevo aviso.
Cabe mencionar que esta decisión, enmarcada en la defensa del plan económico, implica la modificación de la estructura organizativa del INCAA, con el cierre de gerencias como Fomento, Fiscalización a la Actividad Audiovisual, Exhibición y Audiencias, y Asuntos Internacionales e Institucionales.
Ante esta reorganización, se mantiene un grupo reducido de gerencias, mientras que el resto de los empleados quedan suspendidos temporalmente, a la espera de ser reubicados en nuevas funciones. La medida, según el Gobierno, responde a la necesidad de adaptar el tamaño del Estado a sus funciones, en medio de la crisis económica y el déficit fiscal que atraviesa el país.
En este sentido, se busca una estructura más ágil y con menor costo presupuestario, aunque ha generado incertidumbre en el sector cultural, especialmente entre cineastas argentinos. Los cambios en el INCAA han generado preocupación en la industria cinematográfica, la eliminación de programas de fomento y la incertidumbre sobre el financiamiento futuro plantean desafíos significativos para la producción y distribución de películas. De hecho, directores participantes en la Competencia Argentina del BAFICI expresaron su inquietud, destacando la importancia de mantener un sistema de apoyo al cine nacional.
