Muchos son los niños y niñas que desde muy temprana edad son enviados por sus familias a actividades extracurriculares que se enfocan en el deporte, como fútbol, handball, gimnasia artística, tenis, hockey y un sinfín de disciplinas. Pero esto puede tornarse algo problemático con el paso de los años, cuando las exigencias crecen a medida que los chicos se desenvuelven en los equipos.
“A nivel psicológico los niños y niñas, entre los 8 y 9 años entran en la etapa comparativa del desarrollo y empiezan a medirse con el de al lado, a busca de manera instintiva la competencia, la comparación con el otro, intentando ganarles en la actividad que sea”, cuenta el licenciado en Psicología Deportiva Ezequiel Bergero, quien encabezó una charla enfocada en este tema en el Club Progreso de la localidad de Noetinger.
Al respecto, el profesional indicó que en el mencionado club, buscan que la competencia entre los pequeños no arranque hasta después de los 12 o 13 años, que antes de eso “se enfoquen en disfrutar de la actividad, que se enamoren, que vengan a divertirse. Que en ese disfrute incorporen la mayor cantidad de herramientas posibles” para dominar la disciplina, relata Bergero.
