Cada 20 de noviembre, Argentina conmemora el Día de la Soberanía Nacional, un feriado que rinde homenaje a la valiente resistencia en la Batalla de la Vuelta de Obligado de 1845. En este enfrentamiento, las flotas inglesa y francesa intentaron desafiar la autoridad de la Confederación Argentina sobre el Río de la Plata, desconociendo a Juan Manuel de Rosas como responsable de relaciones exteriores.
En ese contexto, la Confederación se vio obligada a hacer valer su derecho de regular la navegación en sus ríos. Lucio Norberto Mansilla lideró las fuerzas porteñas en la defensa contra las invasiones extranjeras. La batalla tuvo lugar en Vuelta de Obligado, donde la flota argentina, compuesta por apenas seis barcos mercantes y 60 cañones, se enfrentó a una flota anglo-francesa con 22 barcos de guerra, 92 buques mercantes y una fuerza de 880 soldados.
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A pesar de la desigualdad, la defensa argentina fue ingeniosa, utilizando cadenas que atravesaban el Paraná y barquitos cargados de explosivos. Aunque la flota anglo-francesa finalmente desembarcó y tomó posiciones locales, la victoria estratégica favoreció a la Confederación Argentina. Posteriormente, en 1850, Francia e Inglaterra reconocieron la soberanía nacional sobre los ríos, normalizando las relaciones.
Más de un siglo después, en 1974, el historiador José María Rosa propuso oficialmente conmemorar la Batalla de la Vuelta de Obligado como un hito emblemático de la soberanía argentina. Esta propuesta fue respaldada por el Congreso de la Nación y promulgada por la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón. Finalmente, en 2010, Cristina Fernández de Kirchner decretó el Día de la Soberanía Nacional como feriado nacional, consolidando el reconocimiento y la importancia de este acontecimiento en la historia argentina.
