En su fachada nos encontramos con 49 estatuas que “custodian” el ingreso al museo y que fueron fabricadas a mano por su fundador, Santiago Bouchon. Estas representan a científicos, artistas, filósofos y místicos de todas las épocas.
Dentro del mismo se encuentran cerca de 55.000 las piezas de distintas temáticas exhibidas permanente, otras en el depósito esperan ingresar.
Es un plan ideal para toda la familia y para todos los gustos e intereses por su versatilidad y variedad. Vale destacar que las muestras atraviesan varias disciplinas, entre ellas: biología, física, química y lo inorgánico. Se suman la arqueología y la antropología.
Entre las piezas más insólitas se pueden nombrar: una momia de Nazca, Perú, con más de 1200 años de antigüedad; varias urnas funerarias calchaquíes, con más de 1000 años. A su vez, puede hallarse una colección de 2000 minerales de américa y del resto del mundo, y una de 400 fósiles de todas las eras.
Otras de las piezas destacadas es un caballo tibetano de horno cocido de 1000 años de antigüedad y dos alfombras persas del siglo XVII.
Además se pueden apreciar un almacén de ramos generales, una barbería y un dispensario de época.
¿Vamos a visitarlo?