“Zona catastrófica”. Con esas palabras, el Consejo Supremo de Defensa libanés decretó ayer la situación en Beirut, ciudad capitalina del Líbano. Es que durante la jornada del martes, una impresionante explosión conmocionó a los vecinos de esa zona portuaria, y también a varios kilómetros a la redonda.
Se registraron por lo menos más de un centenar de fallecidos y más de 4.000 personas heridas debido al grave incidente. Todavía hay personas desaparecidas entre los escombros. Por este motivo el gobierno libanés declaró hoy estado de emergencia y bajó las banderas a media asta, medida que durará dos semanas.
Los daños se calculan en aproximadamente 5 millones de dólares, y la comunidad internacional ya ha demostrado su solidaridad para aportar ayuda a este país.
Anoche, el gobierno del Líbano notificó que la explosión se debió tras el almacenaje de 2.750 toneladas de nitrato de amonio. Éste es un fertilizante químico altamente peligroso por el riesgo de estallar. Las autoridades calificaron de “inadmisible” esa situación debido a que el cargamento permanecía en las instalaciones hace seis años.
Por este motivo, se supo que se ordenó arresto domiciliario para todos los que trabajaron desde 2014 como supervisores de los almacenes de la terminal marítima. Michel Aoun jefe de Estado libanés, anticipó castigos severos para los culpables de las dos explosiones que sacudieron Beirut y se registraron en Chipre y Siria.
Distintos gobernantes del mundo ya ejecutaron acciones de asistencia para las personas que, en el medio de la pandemia por coronavirus, han terminado por colapsar los hospitales de Beirut.
Emmanuel Macron (presidente de Francia), Wang Wenbin (portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores), Mike Pompeo (secretario de Estado de Estados Unidos), y las autoridades rusas, entre otros, ya se manifestaron para solidarizarse con Líbano. Rusia enviará 5 aviones con más de 150 especialistas para asistir en la emergencia humanitaria.
