Jaguares lo intentó hasta el último ante Crusaders en Christchurch, Nueva Zelanda, pero no pudo ante los campeones del Super Rugby y el mejor equipo del certamen.
La presión rival se hizo sentir en la defensa y lo adelantada que estaban las líneas de Crusaders obligaron a Jaguares a concentrarse al máximo y no perder el foco. Los neozelandeses desplegaron un gran rugby con toda su jerarquía.
Como era de esperarse, la iniciativa estuvo del lado de los bicampeones, que contaron con la posesión de la pelota y el dominio territorial. Así, Jaguares se limitó a mantener una pulcra defensa (su primer penal fue recién a los 31 minutos) y con el pie de Joaquín Díaz Bonilla para aliviar presión.
La defensa local no tuvo errores y el segunda línea Sam Whitelock logró infiltrarse tras un error, para que Taylor marcara el primer try del partido para los neozelandeses. Así el primer tiempo finalizó 10-3 a favor de Crusaders.
Ya en el complemento, fue mucho de los locales que impusieron su juego y Jaguares siempre dependió de individualidades para sumar en ataque. Por eso, el partido se fue inclinando para Crusaders que poco a poco lo iban cerrando.
A través de la patada de Richie Mo’unga estiró la ventaja hasta el 19-3. Los argentinos estuvieron cerca con Moroni, pero no lograron concretar más jugadas en ataque.
Así, Crusaders se proclamó tricampeón del Super Rugby y cerró una gran final en la que dominó a Jaguares. De todas forma, lo de la franquicia argentina es histórico en la temporada y se va con la cabeza en alto.
