La situación inflacionaria que atraviesa Argentina afectó gravemente al turismo y sus actividades. Cada vez, son menos las personas que pueden permitirse el ocio y disfrutar de vacaciones.
La costa argentina es uno de los lugares favoritos y más concurridos del país para la temporada de verano, pero debido al casi 250% de inflación que se registró en el 2023 los precios se dispararon, la mayoría por especulación.
En un informe del medio Infobae, en Pinamar, destino destacado del verano, llegó a registrar un 400% solamente en comida “típica de playa” como churros, choclos con manteca y sal, facturas, licuados, helados, entre otras.
Por ejemplo, los choclos valen alrededor de 2.000 pesos cuando el año pasado valían alrededor de 500 pesos. Este producto subió un 300%. Un vendedor entrevistado por Infobae expresa el desagrado de la situación ya que hoy en día “la bolsa de 50 choclos cstaba $25.000; el año pasado salía $8.000″, dice el comerciante. A su vez, le preocupan las ventas debido a que hasta el momento “se venden 60 choclos por día. El año pasado rondaba entre los 150 a 200 diario”.
Por otro lado, los helados parten desde los 2.000 a los 3.000 pesos mientras que en la temporada pasada iban desde los 400 a 800 pesos. Un aumento del 400%. Otra opción refrescante son los licuados o bebidas que aumentaron más de 2.000 pesos el medio litro.
Otra entrevistada, Milagros, que trabaja del turismo hace 25 años desde el muelle dijo que el vaso de medio litro cuesta $3.500 y el de litro, $5.000. “El año pasado vendíamos a $1.000 el de medio litro y a $1.400 el de casi un litro, recuerda Milagros.”
“Uno trata de mantener los precios, pero con la variación de los costos es difícil. El año pasado pagaba un cajón de banana $5.000 y ahora lo estoy pagando $30.000. O sea, me estoy quedando corta con el cobro, pero tampoco se puede cobrar más. Entonces, hay que aflojar un poco y decir ‘bueno, me quedará un poco menos, pero hay que trabajar’. expresó la vendedora.
De acuerdo a datos del Municipio, este verano en Pinamar hay 355 vendedores ambulantes con permiso para trabajar en la playa, 18 más que en 2023. Entre los de mayor presencia en horas del mediodía están los que caminan con canastos llenos de sándwiches de milanesa, que vienen completos, con un tamaño como para dos personas y un valor de $7.000.
Ricardo vende pochoclos y bajó a la playa promediando la tarde, su horario laboral más fuerte. Los ofrece en dos tamaños: uno sale $2.500 y el otro, $3.000 (el año pasado costaban $600 y $800, respectivamente). En sintonía con los demás, lamenta que las ventas no son las mejores hasta el momento: “El año pasado vendíamos el doble”, aseguró a Infobae.
Los churros, una de las opciones favoritas para acompañar los mates de la tarde, parten desde los 350 pesos cada uno hasta los 5.000 pesos la docena para la venta en la playa. Este alimento, en general, ha sido el que menos aumentó este verano: subió un 220%.
Otra opción para los mates y gran favorito de los team salado, son los chipas que cuesta 3.000 pesos la docena. En la temporada 2023, lo mismo valía $800, un 275% menos. “Está difícil, hay poca venta”, lamenta uno de los principales vendedores de chipas.
Todos los vendedores buscan hacer promociones que le queden atractivas a los turistas. Por ejemplo, pagando con efectivo o transferencia se hacen descuentos del 10% o 15%. De la misma manera, los restaurantes de la zona o balnearios buscan promociones para poder amentar las ventas que cayeron drásticamente.
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