El hospital de niños enfrenta una oleada de pacientes debido a las bajas temperaturas de esta época del año. Las infecciones respiratorias han regresado a niveles prepandémicos, generando una situación de desbordamiento en las instalaciones.
“Está con problemas respiratorios, moco, fiebre, garganta y tos seca. Vi demasiadas personas acá y casi todos vienen con el mismo problema”, comentó una señora que esperaba con una niña en el hospital. La espera puede extenderse hasta tres o cuatro horas debido a la priorización por gravedad y no por orden de llegada.
Este año, los casos reportados han retomado los niveles previstos antes del Covid-19, reflejando un escenario epidemiológico que tiende a normalizarse por primera vez desde el inicio de la pandemia. En pediatría, el virus sincicial respiratorio (VSR) y la influenza A son los principales causantes de las infecciones.
Ambos virus se pueden prevenir con vacunas. La prevalencia del VSR ha resultado en un aumento de casos de bronquiolitis en menores de un año, incrementando la demanda de internaciones. Adicionalmente, la influenza A está circulando simultáneamente, provocando infecciones respiratorias tanto en las vías altas como en las bajas, afectando los pulmones.
En general, las infecciones respiratorias son de origen viral y se resuelven en unos días. No obstante, la fiebre persistente es un signo de alerta que requiere consulta médica inmediata. Otros síntomas preocupantes incluyen la dificultad respiratoria notable en los bebés, manifestada por el hundimiento de las costillas, aleteo nasal, silbidos o labios morados, lo que demanda atención médica urgente. Es crucial no utilizar antibióticos sin prescripción médica, ya que esto puede generar resistencia bacteriana.
Es fundamental tomar medidas preventivas, como la vacunación y la consulta médica oportuna ante síntomas alarmantes, para mitigar el impacto de las infecciones respiratorias en los más pequeños.
