Elecciones en Córdoba: Entre canguros y ambulancias

Un análisis político sobre las Elecciones venideras en este 2023 en Córdoba. Por Germán Negro.
Un análisis político sobre las Elecciones venideras en este 2023 en Córdoba. Por Germán Negro.

Entre cafés que se enfrían, cigarrillos que se fuman de apuro en un balcón y rostros que comienzan a perder la sonrisa, la política de Córdoba vive horas de toma y daca como en la previa de cada cierre de listas. Esa rosca de “última”, habitual, suele ser el momento de mayor adrenalina para quienes están o aspiran a llegar al poder.

La novedad, esta vez, está marcada porque el oficialismo cordobés por primera vez en más de dos décadas no podrá estampar en la boleta el nombre de ninguno de sus dos principales mariscales de campo: José Manuel de la Sota (fallecido) y Juan Schiaretti (por mandatos consecutivos). Esa sociedad política, que gobernó Córdoba tanto tiempo como ninguna, se ve obligada a renovarse por el inexorable paso del tiempo.

Será un viento de cambio que llega en un momento de una profunda crisis nacional y en el medio de algunos agujeros negros locales –como la inseguridad- que pueden alterar a un electorado que venía en piloto automático. Es una moneda al aire cómo se comportarán los electores el 25 de junio (fecha prevista para las provinciales) y el 23 de julio, día fijado para la batalla en la Capital. Esta vez, y en resguardo de un poco de prestigio, los encuestadores juegan más puertas adentro que hacia lo público

Schiaretti, lanzado ahora a la escena nacional con intenciones de mostrarse activo desde lo político para apuntalar el plano local en este momento de cambio, aceptó ampliar la base de la coalición que lidera el PJ local y que, luego de algunos sacudones por el nombre, finalmente se llamará Hacemos Unidos por Córdoba.

Con Martín Llaryora como nuevo abanderado para retener el poder provincial, esa alianza comenzó a seducir a un grupo de dirigentes radicales que no se sienten cobijados por su partido o que se ruborizan porque un ex peronista como Luis Juez sea el candidato a gobernador de Juntos por el Cambio.

Entre ellos, la que mejor puede salir parada del cambiazo es la radical Myrian Prunotto (hasta suena como candidata a la vicegobernación o a un ministerio fuerte), quien desde la intendencia de Juárez Celman venía reclamando con énfasis un buen lugar en la boleta provincial propia o ponía su ficha a disposición del club del frente, algo que concretó.

Lo que para algunos es “el efecto ambulancia”, por la recolección de heridos, en la política cordobesa también se lo tomó históricamente como el “salto del canguro”, por aquellos dirigentes que van de un lugar a otro, según la seducción de un cargo o un lugar en una lista. Es cuando todos se olvidan de la camiseta original y se envuelven en los colores que más les convienen.

Ese cangurismo se dará en el oficialismo no sólo con dirigentes radicales, sino que podría marcar el tranco más sorprendente Javier Pretto, hoy nada menos que presidente del PRO a nivel provincial. Suena como candidato a viceintendente junto a Daniel Passerini, lo que lo convertiría en un verdadero canguro de alto rango.

Cuando todo sigue abierto, el cierre de listas para la discusión provincial vence este sábado a las 24. Hay indefiniciones no sólo en la cabeza de la boleta de Hacemos Unidos por Córdoba, sino también por los casilleros de la lista de candidatos a legisladores provinciales y departamentales.

En Juntos por el Cambio, la única alianza capaz de disputarle el poder al oficialismo, las distintas facciones del radicalismo discuten por los cargos, mientras Juez espera que la salida de Rodrigo de Loredo (disputará la intendencia) no le produzca una sangría de votos en el interior de la provincia, donde la UCR mantiene cabeceras de playa muy importantes a la hora de la sumar los porotos.

En medio de este juego de la alta política, la gente común vive otra realidad: siente como la inflación le come hasta las tripas, observa como un solo trabajo es raro que alcance para parar la olla y escucha que la inseguridad le golpea la puerta.

Lo que para algunos es “el efecto ambulancia”, por la recolección de heridos, en la política cordobesa también se lo tomó históricamente como el “salto del canguro”

Germán Negro

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