En el marco de la detención en calidad de prisión preventiva al médico Spiro Dellisanti, acusado por abuso sexual con acceso carnal, el abogado Carlos Nayi estuvo en Pato a la mañana explicando las condiciones del caso y por qué se le aplicó la mencionada medida.
La prisión preventiva se aplica cuando “la Justicia lo imputa, lo convoca y miente respecto de sus condiciones personales”. En este sentido, el acusado debe “mantener el domicilio, no puede mudarse sin comunicarlo al Tribunal. No puede ausentarse del país sin pedir permiso, o interceptar los testimonios de los testigos que deben declarar, o acorralar a la víctima. Si lo hace, se enciende la luz de alarma. Y para evitar que se contaminen las pruebas o que la violencia de género termine en un femicidio, se lo detiene y mantiene en prisión de manera cautelar hasta el momento del juicio oral”, explica Nayi.
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Esta condición preventiva está prevista en el marco de la ley: “Con el solo hecho de que el delito cometido tenga una pena grave que en caso de condena sea de cumplimiento efectivo, no autoriza la prisión preventiva, ni tampoco la personalidad de sujeto que cometió el delito”. En cambio, sí lo son el “peligro de fuga, falta de arraigo, mentir respecto de las condiciones personales, no cumplir con el tratamiento terapéutico que le indica la Justicia, amenazar a testigos, contaminar las pruebas”.
Una persona puede permanecer en prisión preventiva hasta dos años, explica el letrado. “En dos años la fiscalía debe completar la investigación penal preparatoria y debe celebrarse un juicio oral y público. Pero esto es muy complicado por la cantidad de detenidos, por la complejidad en recolectar las pruebas, y se puede ampliar excepcionalmente por un año más. No más”.
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