Este viernes un helicóptero oficial del gobierno colombiano sufrió un atentado. En la aeronave, en la que se encontraban el presidente Iván Duque, el titular de Defensa, Diego Molano, y el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, entre otros funcionarios, recibió unos tres a seis disparos en el momento en que se preparaba para aterrizar en Cúcuta, proveniente de Sardinata.
Duque calificó el ataque de “cobarde”: “Lo cierto es que fue un atentado cobarde, donde se ven impactos de bala. Como Gobierno no vamos a desfallecer un solo minuto, un solo día, en nuestra lucha contra el narcotráfico y los grupos criminalizados que operan” en el territorio, remarcó el jefe de Estado en una conferencia de emergencia.
Los proyectiles partieron de barrios cercanos al aeropuerto y Duque explicó que “tanto el dispositivo como la capacidad de la aeronave evitaron que ocurriera algo letal”, ya que es blindada. No se registraron heridos.
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Duque destacó que su Gobierno “no se amedrenta con violencia ni con terrorismo”. “El Estado es fuerte, Colombia es fuerte. El Estado hace presencia en todos lados”, expresó el jefe de Estado colombiano, que dijo que dio “instrucciones muy claras de ir detrás de quienes dispararon” contra el helicóptero.
La pesquisa realizada hasta el momento detalló que los investigadores accedieron al lugar desde donde se produjeron los disparos contra el helicóptero presidencial, en el barrio La Conquista de Cúcuta, donde que se encontró evidencia que es analizada por peritos. Resalta el hallazgo de rastros de munición empleada por fusiles FAL, de uso de las fuerzas armadas venezolanas, así como de AK-47. Se está intentando identificar a los autores a partir del número de serie de las armas.
