La búsqueda de Valeria Gancedo (36) tomó un giro inesperado el pasado viernes cuando la Policía fue a la casa del padre de Alejandro Quinteros, su expareja. Minutos antes, dos amigas de la víctima habían presentado la denuncia de su desaparición. Gancedo fue vista por última vez el lunes 27 de noviembre después de compartir una cena con Quinteros, el padre de su hijo, según relataron sus amigas.
A medida que fueron pasando las horas, la preocupación aumentaba ya que allegados a Gancedo estaban al tanto de al menos dos denuncias que la mujer había realizado contra Quinteros por violencia de género. De hecho, el hombre contaba con una orden de restricción que había caducado el 23 del mismo mes.
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Estos datos llevaron a que los agentes de la policía fueran en busca de Quinteros, quien fue localizado en la residencia de su padre, donde se mostró inicialmente tranquilo, pero ante preguntas aparentemente sencillas, demoraba en responder o evadía, llegando a repetir en varias ocasiones: “No me acuerdo”.
Según una fuente de la investigación que habló con ElDoce, Quinteros “mentía y se contradecía mucho, no podía cerrar una frase coherente”, y a medida que avanzaba el interrogatorio, su nerviosismo aumentaba. Una pregunta clave sobre la custodia de su hijo lo dejó sin respuesta. Finalmente, la insistencia de los policías llevó a quebrar al sospechoso. Con la asistencia de un amigo como abogado defensor, solicitó hablar con el fiscal Manuel Ayán, confesando el crimen y proporcionando la ubicación exacta donde se encontraba el cuerpo: un campo de su familia cerca de Impira, a 15 kilómetros de Oncativo.
Finalmente, el pasado sábado efectivos de la policía dieron con el cuerpo de la víctima y rápidamente se procedió a la detención de Quinteros. Aunque no presentaba “lesiones evidentes” en sus brazos o cara, la Policía Judicial ordenó realizar un examen más exhaustivo ante la posibilidad de defensa por parte de la víctima.
De esta forma, el fiscal de Instrucción de Río Segundo, Manuel Ayán, imputó a Alejandro Quinteros por el delito de homicidio doblemente calificado, por el vínculo y por mediar violencia de género, tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Gancedo.
