La dolorosa experiencia de Cristina Vañecek se ha convertido en un testimonio impactante de las deficiencias del PAMI. La marplatense solicitó una silla de ruedas para su madre enferma el 11 de enero, pero el pedido nunca llegó. Trágicamente, la jubilada falleció el 20 de junio y la silla de ruedas llegó un mes después. Ahora, en lugar de asumir su error, PAMI culpa a la familia.
La historia comenzó en enero cuando Cristina realizó el pedido de la silla de ruedas al PAMI. Se le informó que el tiempo estimado de espera era de 45 días, pero a fines de marzo, al consultar sobre el estado del pedido, le advirtieron que la plataforma de la página web había cambiado y podría haber problemas. En abril, volvió a reclamar sin obtener avances. A pesar de los múltiples intentos de comunicación, la familia no recibió respuestas claras ni una fecha de entrega definitiva.
Cristina solo buscaba tener previsibilidad para tomar decisiones adecuadas, ya sea esperar la silla o considerar la opción de comprar una. Sin embargo, la falta de respuesta y la imposibilidad de adquirir una silla de ruedas en ese momento la llevaron a alquilar una temporalmente.
Desafortunadamente, el tiempo pasó y la silla de ruedas nunca llegó. El 20 de junio, la madre de Cristina falleció sin poder utilizarla. Un mes después, la silla de ruedas llegó a su hogar. La desgarradora situación llevó a Cristina a expresar su frustración en Twitter, sin imaginar que su descargo se volvería viral y recibiría un amplio apoyo.
En Twitter, la familia se descargó para expresar su decepción ante la llegada tardía de la silla. Además, reflexiona sobre la tristeza de recibir una silla de ruedas vacía que sería utilizada por otra persona. También menciona la reacción del hombre encargado de entregarla, quien expresó su vergüenza por el error cometido por PAMI.
¿Cuál fue la respuesta de PAMI?
Después de que el tuit se volviera viral, PAMI emitió una respuesta y acusó a la familia de la jubilada fallecida. Según la empresa, la silla de ruedas fue enviada pero no había nadie en la casa para recibirla. Además, afirmaron que la afiliada tenía toda la cobertura garantizada.
Ante estas acusaciones, Cristina respondió que siempre había alguien en su casa y que se aseguraron de ello especialmente porque estaban esperando la llegada de la silla de ruedas. También desmintió la afirmación de que recibieran cobertura total para los medicamentos, explicando que su madre tenía cobertura parcial y que debían comprar algunos medicamentos con su propio dinero debido a que PAMI no los cubría en su totalidad.
Cristina subrayó que, aunque PAMI reconocía el 100% de cinco medicamentos, había otros que solo eran cubiertos en un porcentaje menor. Como ejemplo, mencionó una crema para úlceras que tenía un costo de 9000 pesos y que solo era cubierta en un 50%, lo que implicaba un gasto significativo para ella. A veces, tenía que comprar estos medicamentos a plazos utilizando una tarjeta de crédito para aliviar su carga financiera.
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