Luego de dos meses de confinamiento estricto en la inmensa ciudad de Shanghái, China, las autoridades locales dispusieron que la población vuelva a sus actividades normales desde el 1 de junio. Habían sido sometidos al encierro desde el 1 de abril debido a un rápido ascenso de los casos de coronavirus, ya que en ese mes se registraban hasta 20.000 casos por día.
Se trata de unos 25 millones de habitantes que no podían salir de sus casas salvo para hacer pequeñas diligencias ocasionalmente. La noticia fue anunciada por Zong Ming, vicealcalde de la metrópolis ubicada en la costa central de China, en una rueda de prensa en la que detalló que será restablecido el servicio completo de colectivos y subtes, así como las conexiones ferroviarias básicas con el resto del país
El funcionario señaló que “La epidemia se ha controlado de manera efectiva”, y agregó que la ciudad comenzará el proceso de restauración total del trabajo y la vida el miércoles. La flexibilización incluye también la reapertura parcial de las escuelas, los centros comerciales, supermercados y tiendas que continuarán reabriendo gradualmente y por ahora con no más del 75% de su capacidad total. Por su parte, los cines y los gimnasios seguirán cerrados.
Mientras tanto, China sigue aplicando una estrategia de “Covid cero”, que tiene como objetivo neutralizar cualquier brote con pruebas masivas y aislamiento en instalaciones centralizadas de cualquier persona infectada.
El cierre de la ciudad más poblada de China debilitó la economía, perjudicó la producción, limitó el consumo e interrumpió gravemente las cadenas de suministro. Sin embargo, los últimos datos económicos mostraron que la actividad manufacturera china comenzó a recuperarse en mayo cuando el Gobierno revocó algunas medidas de contención.
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