Este martes, la Justicia de Córdoba condenó al empleado de la clínica Aconcagua, Fernanado Casalino, quién se negó a atender a Blas Correas, el joven de 17 años que recibió un disparo por parte de la policía de Córdoba y finalmente murió en agosto de 2020.
Por negarse a atender al joven que llegó al sanatorio con una herida en su espalda, Casalino recibirá una pena de dos años y seis meses. La decisión, fue tomada luego de un juicio abreviado en la Cámara 8ª del Crimen de Córdoba, el hombre aceptó los cargos en su contra y le pidió perdón a la familia de Blas.
“Fernando fue el único que se acercó a hablar conmigo, de la clínica no se acercó nadie; si él no lo hizo entrar es porque había una bajada de línea de la clínica” afirmó la mamá de Blas.
Soledad Laciar, madre de Blas Correas, habló sobre lo que significa esta sentencia “Tenemos que pensar en ser un poco más humanos, estoy convencida que la responsabilidad es de la Clínica; no argumentó tener orden de no hacerlo ingresar pero dentro de la clínica se tienen que haber escuchado los gritos”.
Fernando abrazó a Soledad y ella pidió que no lo echen de su trabajo.
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