Nació el primer bebé de una mujer con un útero trasplantado de una donante fallecida en Brasil. La técnica desarrollada en el Hospital de Clínicas, dependiente de la Universidad de Sao Paulo, se trató también del primer implante uterino realizado en América Latina y, según la revista médica The Lancet, podría aumentar las opciones de concebir a mujeres con problemas de fertilidad. Los científicos apuntaron que los resultados de las donaciones de oferentes vivas y fallecidas aún no se compararon, y que las técnicas quirúrgicas y de inmunosupresión se optimizarán en futuros estudios.
La receptora del trasplante fue una paciente de 32 años con infertilidad uterina, a la que se le transplantó el útero mediante una cirugía que duró más de 10 horas. Luego de siete meses en que la paciente no rechazó el nuevo órgano y tuvo menstruaciones, se le introdujeron los óvulos fecundados que dieron lugar a un embarazo común. El bebé fue una niña sana que nació por cesárea a las 35 semanas y tres días, con un peso de dos kilos y medio. Tras el parto, se extrajo el útero y tres días después la madre y la recién nacida recibieron el alta médica.
Hasta ahora, “el único embarazo después de un trasplante de útero retirado post mortem había sido en 2011 en Turquía” y resultó en un aborto espontáneo, según relató a la agencia EFE Srdjan Saso, del departamento obstétrico del Imperial College de Londres. Además, se habían realizado otros 10 trasplantes de útero de donantes fallecidas en Estados Unidos, la República Checa y Turquía, pero este es el primero en dar lugar a un bebé vivo. El primer parto que se produjo a partir de trasplante uterino de una donante viva tuvo lugar en Suecia en 2013. En total, se realizaron 39 procedimientos de este tipo, lo que dieron como resultado a 11 bebés vivos hasta el momento.
