La película romántica turca que arrasa en Netflix

Una agente de la Interpol está siguiendo la pista a un ladrón de arte, sin saber que tiene un vínculo especial con ella.
Una agente de la Interpol está siguiendo la pista a un ladrón de arte, sin saber que tiene un vínculo especial con ella.

El boom por las producciones turcas no cesa. Desde hace tiempo, las series de esta nacionalidad arrasan en las cadenas generalistas, un fenómeno que también supo aprovechar Netflix lanzando títulos como ‘El sastre’, ‘¿De qué huimos mamá?’ o ‘Love 101’ en formato de ficción. Sin embargo, ahora amplia los horizontes incluyendo películas a su catálogo, como el que acaba de aterrizar y que ya está arrasando entre los diez títulos más vistos de la plataforma.

Habitualmente, sus historias tienen tintes culebroneros, cuentan romances imposibles, rivalidades y, por supuesto, están protagonizados por estrellas del país con un atractivo evidente que atrae a millones de fans. Suelen ser producciones con buena factura y una imagen cuidada, como es el caso de la nueva película titulada ‘Un ladrón romántico’. No es la clásica comedia romántica, pues la trama que ofrece resulta algo más original y poco edulcorada, por lo que también es perfecta para aquellos que disfrutan de los relatos sobre atracos.

La historia presenta a Alin, una agente de la Unidad de Arte de la Interpol que lleva desde hace tiempo intentando cazar a un ladrón que roba cuadros de artistas poco usuales en los mejores museos del mundo. Después de seguirle la pista muy de cerca, logra saber el próximo objetivo del caco que, curiosamente, conoce más de lo que piensa, pues se trata de Güney, un rico empresario del que estuvo locamente enamorada y que desapareció cuando estaban a punto de casarse. En busca de respuestas, se afanará en atraparlo.

Todo el juego hasta que se topan es entretenido y, al fin, cuando se tienen delante conocemos la verdadera motivación del ladrón que no es otra que la de recuperar a su ex. Interpretan a la pareja protagonista Esra Bilgiç y Birkan Sokullu, con una química que juega a favor de una trama sin más pretensiones que la de hacer pasar un buen rato de desconexión.

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