En la ciudad de Río Tercero, provincia de Córdoba, hay un Messi que no se dedica al fútbol, pero sí hace jugadas para mejorar la infraestructura y los servicios públicos. Leonel Messi, así se llama, y aunque comparte el nombre con el famoso jugador argentino, su vida transcurre lejos de los estadios y más cerca de las obras municipales.
“Por WhatsApp me llegan mensajes en turco y en muchos otros idiomas, que no tengo idea de dónde sacan mi número de teléfono“, cuenta Leonel, entre risas y asombro. A pesar de que no tiene ningún vínculo con la estrella del fútbol, su nombre lo lleva a situaciones peculiares, como recibir propuestas comerciales que dudan de su autenticidad.
La historia de cómo llegó a llamarse Leonel en lugar de Lionel es curiosa. Según relata, al nacer estuvo a punto de llevar el nombre más conocido (Lionel), pero su madre decidió cambiarlo en el último momento. Desde entonces, ha vivido con el peso de un nombre que, aunque común para muchos, para él representa una constante explicación y aclaración.
“Incluso cuando intentan venderme algo por teléfono, no creen en mi nombre”, comenta Leonel con una sonrisa. La confusión se perpetúa en cada interacción, donde su identidad se ve eclipsada por la sombra de un homónimo famoso.