Tatiana Guendulain es becaria doctoral del Centro de Investigaciones en Química Biológica dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba y del Conicet y durante la presentación del Programa “Jóvenes en Ciencia” defendió la decisión de la Provincia de respaldar la búsqueda del conocimiento.
“Nos estamos dedicando a buscar terapias complementarias para una enfermedad poco frecuente que se llama Trimetilaminuria, más conocida como el síndrome del olor a pescado”. Dicha patología afecta a una persona en 40 mil y es un desorden metabólico que sucede cuando el cuerpo no es capaz de metabolizar un compuesto que se produce en el intestino y comienza a acumularse en el organismo y es liberado en los distintos fluidos corporales, haciendo que la persona emane un olor parecido al del pescado en descomposición.
Tatiana explicó que ”esta patología hace que los pacientes tengan una vida social muy complicada y muchos problemas para acceder a un diagnóstico” y agregó que “no hay cura para esta enfermedad y las terapias son extremadamente limitadas e insostenibles en el tiempo”.
Con orgullo manifestó que el laboratorio del que forma parte es uno de los pocos a nivel mundial que trabaja con esta patología.