China ha lanzado ejercicios militares alrededor de Taiwán, descritos como un “fuerte castigo” por los “actos separatistas” tras la reciente toma de posesión del nuevo presidente taiwanés, Lai Ching-te. Pekín considera a Lai un peligroso separatista y ha denunciado su discurso inaugural, en el que celebró la democracia de Taiwán e instó a China a cesar su intimidación política y militar, como una “confesión de independencia”.
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El Ejército Popular de Liberación de China comenzó las maniobras con el despliegue de aeronaves y barcos militares en los alrededores de la isla para probar sus capacidades de combate. Los ejercicios involucran al ejército, la marina, la fuerza aérea y la unidad de cohetes, desarrollándose en el Estrecho de Taiwán y en áreas circundantes como las islas de Kinmen, Matsu, Wuqiu y Dongyin.
Según Li Xi, vocero del comando militar chino, las maniobras representan un castigo severo para las fuerzas pro-independencia de Taiwán y una advertencia contra la interferencia externa. La retórica fue intensificada por el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin, quien prometió que los separatistas de la isla acabarán “ensangrentados”.
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China redobla sus amenazas contra Taiwán con los ejercicios militares alrededor de la isla: “Quedarán con la cabeza rota y sangrando”.
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Tras anunciar un importante ejercicio militar rodeando Taiwán con su armada, China comenzó a mover activos terrestres.
Un video muestra el traslado de baterías de misiles antibuques hacia la costa. pic.twitter.com/DJCfXkfYe5
Ante esta situación, las autoridades taiwanesas movilizaron rápidamente sus fuerzas marítimas, aéreas y terrestres. El presidente Lai reafirmó el compromiso de defender los valores de libertad y democracia, asegurando que permanecerá en la primera línea junto a las fuerzas armadas para proteger la seguridad nacional. La Guardia Costera de Taiwán también desplegó su flota para monitorear los movimientos chinos y defender la soberanía del país con determinación.
En redes sociales, la Guardia Costera difundió imágenes de oficiales taiwaneses instando a los buques chinos a abandonar las aguas taiwanesas. Además, Taiwán desplegó cuatro aviones de combate desde la base de Hsinchu para asegurar su espacio aéreo. Las relaciones entre Pekín y Taipéi se han deteriorado notablemente desde que la presidenta Tsai Ing-wen, defensora del modelo democrático taiwanés, asumiera el poder en 2016. China ha incrementado la presión militar, diplomática y económica sobre Taiwán, una isla de 23 millones de habitantes con un gobierno, ejército y moneda propios.
Los ejercicios actuales siguen una serie de maniobras militares chinas en respuesta a acciones de alto perfil de líderes taiwaneses, como la visita de Tsai Ing-wen a Estados Unidos y la escala del entonces vicepresidente Lai en EE.UU. el año pasado. La situación en esta región es crítica, ya que Taiwán es responsable del 70% de la producción mundial de semiconductores y más del 50% de los contenedores de mercancías cruzan el estrecho que la separa de China continental, lo que subraya las posibles consecuencias económicas globales de esta tensión militar.