El Ministerio de Salud anunció el miércoles pasado que se detectó en Santa Fe “un caso de hepatitis aguda grave de origen desconocido”, se trata de un niño de ocho años que aun se encuentra internado en Rosario, con una falla hepática y a la espera de un trasplante de hígado. Este caso se suma al del niño de 4 años de Neuquén que ayer recibió el alta luego de permanecer internado una semana.
Con estos dos casos confirmados, nuestro país se suma a la lista de los 230 paises con pacientes infantiles confirmados con hepatitis de origen desconocido. La OMS viene alertando hace varios días sobre ésta patología que ya tiene en su haber la muerte de un paciente pediátrico.
¿Cómo se puede prevenir?
El primer consejo es prestar atención a los siguientes síntomas en los niños: diarrea, vómitos, dolores abdominales y, principalmente, si hay señales de ictericia (la piel se vuelve amarillenta debido a la acumulación de bilirrubina en la sangre).
Se recomienda tomar medidas básicas de higiene, similares a las aprendidas en la pandemia del coronavirus, como el constante lavado de manos y cubrirse al toser o estornudar.
¿Cómo se contagia?
Si bien aun no se han podido establecer las causas que están provocando en el mundo el contagio de infantes de hepatitis aguda, la hipótesis más probables es que se contagien por una causa infecciosa.
En Estados Unidos las autoridades sanitarias del país creen que su origen está asociado a un patógeno llamado adenovirus 41. Los adenovirus son virus banales y bastantes conocidos. Provocan generalmente síntomas respiratorios (bronquitis, faringitis), oculares (conjuntivitis) o problemas digestivos (gastroenteritis).
