El fiscal Gastón Ávila, a cargo de la causa, identificó a dos de los tres atacantes de la hincha de Rosario Central. Se trata de Damián Reifenstuel y Ariel Cabrera. Sin embargo, lejos de ser barrabravas, ambos son dos docentes. Uno es profesor de química y el otro es profesor de educación física, respectivamente.
La causa por el asesinato de Ivana Garcilazo, asesinada tras recibir piedrazo en la cabeza mientras se dirigía a su casa después del clásico ante Newell’s, tuvo un fuerte avance en las últimas 48 horas. Según Infobae, el martes pasado, la División de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal allanó la casa de ambos pero no los encontraron en sus domicilios de Pérez e Ibarlucea
Previo al allanamiento, la justicia difundió un video donde se ve a ambos sospechosos huyendo de la escena del crimen. A partir de esa publicación, los investigadores policiales y judiciales recibieron una gran cantidad de datos que posibilitaron identificarlos y, posteriormente, irrumpir en sus casas. Sin embargo, lograron escapara antes de ser hallados
Desde ese entonces, ambos tienen un pedido de captura. Sus rostros fueron revelados por el Ministerio Público de la Acusación tras no ser encontrados en sus hogares.
“No tenemos ningún elemento que los vincule a la barra brava, tampoco a una peña. Sí son socios de Newell’s, amigos que se juntaron a ver el partido en una casa. Me sorprende, son personas que se dedican a la docencia, con jóvenes y menores de edad. Uno de los pilares y bases de la sociedad está en la educación. Es llamativo”, dijo Ávila este miércoles al mediodía en conferencia de prensa desde el Centro de Justicia Penal.
El accionar de los sospechosos luego del crímen
En el caso de Reifenstuel, él trabajaba en dos establecimientos educativos como profesor de química, uno en Rosario y otro en Pérez, donde tiene registrado su domicilio. Desde el crimen de Garcilazo pasó parte de enfermo y, luego, renunció.
En el caso de Cabrera, hasta este lunes trabajó en la escuela de Newell’s como profesor de eduación física y, hasta el asesinato de la joven, continuó siendo preparador físico del club rosarino Social Lux, donde realizaba tareas en la Primera División local y en algunas categorías de Inferiores.
Cabrera no modificó su rutina, al contrario, continuó su vida de manera normal hasta la difusión de del vídeo donde se reveló su rostro. Desde entonces, por datos aportados por testigos al fiscal, se cortó un rodete que usaba hace cinco años y dejó de ser visto en el club rosarino Social Lux.
Según Ávila, ambos mantuvieron una conversación telefónica después del asesinato de Garcilazo, luego, se reunieron en el domicilio de Perez, donde vive Reifenstuel.
Este Miercoles, el domicilio de la localidad de Pérez fue vandalizado después de haberse conocido que Reifenstuel sería uno de los homicidas. Según fuentes policiales, un grupo de personas robó y destruyó parte del inmueble. Todavía no se sabe quienes fueron los perpetuadores.
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