Córdoba bajo shock: la estafa inmobiliaria que destruyó miles de sueños
El caso de Marquez y Asociados sacude a la provincia de Córdoba. Más de 27.000 familias podrían haber sido víctimas de una estafa millonaria que prometía el acceso a la vivienda propia, pero terminó dejando a muchos sin ahorros, sin casa y con el corazón destrozado. La maniobra, según la defensa de los damnificados, fue sistemática, emocional y cruel: se trató de una maquinaria perfectamente aceitada para captar la ilusión de quienes no tenían otra vía para acceder a un hogar.
Promesas falsas y un montaje casi teatral
Los relatos son desgarradores. Familias enteras vendieron autos, departamentos, heredaron bienes, pidieron préstamos en dólares... todo para pagar por adelantado la promesa de Marquez: una casa accesible sin los requisitos de los bancos. “Te hacían firmar, te abrazaban y te decían ‘felicidades, estás en el camino de tu casa’”, contó la abogada Karina Zeverín, quien representa a más de 50 damnificados. La escena estaba cuidadosamente montada para infundir confianza: oficinas bien presentadas, contratos engañosos y cláusulas que prohibían hasta denunciar.
Avanza la causa penal: más detenidos y cientos de denuncias
La causa judicial está bajo secreto de sumario, pero ya hay al menos cuatro personas detenidas y decenas de cómplices bajo la lupa. La fiscalía continúa recibiendo denuncias a través de formularios web, pero la letrada Severín aclara que eso no basta: “Para lograr una indemnización real, hay que convertirse en querellante y demandar civilmente”. La estafa es considerada una de las más grandes en la historia de la provincia y su impacto emocional es incalculable.
Cómo actuar y por qué hacerlo ahora de la mano de Zeverín y Asociados
La clave, según Zeverín, es actuar rápido. El proceso penal tiene etapas que, si se dejan pasar, pueden cerrar la puerta a reclamos económicos. “No sirve de nada que los estafadores estén presos si las víctimas no recuperan lo que perdieron”, advierte. La ventana para iniciar acciones legales está abierta, pero no lo estará para siempre. La abogada asegura que muchas víctimas aún no denuncian por miedo o desconocimiento, pero insiste: “Hay salida, pero hay que moverse ya”.