La visita del presidente Alberto Fernández al Papa, del 31 de enero pasado, ha provocado un cambio histórico en la rígida comunicación oficial del Vaticano. Aunque para algunos puede resultar un tema menor, desde ese día el formato de los comunicados que suele publicar la Sala de Prensa de la Santa Sede después de la visita de algún jefe de Estado tuvo una significativa transformación.
Durante décadas estos comunicados, siempre muy escuetos y parecidos, dieron cuenta de las normalmente “cordiales conversaciones” habidas entre el Pontífice y su secretario de Estado, junto a algún mandatario, en términos muy generales.
Pero desde el cortocircuito comunicativo que hubo en la tarde del 31 de enero pasado, cuando el Vaticano difundió un comunicado que decía que “durante las cordiales conversaciones”, entre otros temas, se había hablado de la “protección de la vida desde su concepción”, es decir, del conflictivo tema del aborto, las cosas cambiaron.
Entonces, el comunicado en cuestión causó gran revuelo porque pareció desmintir lo que había dicho poco antes, en una conferencia de prensa, Fernández, que había asegurado que no había tocado el asunto ni con el Papa, ni con el secretario de Estado, Pietro Parolin, que lo había recibido enseguida después.
Más tarde Fernández admitió que en verdad Parolin, brazo derecho o “primer ministro” del Papa, sí había levantado el tema durante su reunión. Y Matteo Bruni, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, por su parte, confirmó esta versión, al afirmar, luego de presiones y evidentemente por voluntad de Francisco, que “no todos los temas citados en el comunicado de prensa sobre la audiencia con el presidente de la Republica Argentina han sido afrontados en todas las conversaciones: algunos han sido examinados en el curso del encuentro con la Secretaría de Estado, otros en el marco del encuentro con el Santo Padre”.
