Un episodio insólito y desalmado tuvo lugar en una sucursal del reconocido restaurante La Cabrera, ubicado en un hotel de Mendoza. Durante la madrugada del miércoles, un parrillero sufrió un infarto y falleció mientras cumplía con su jornada laboral. Lo que generó aún más indignación fue que sus compañeros tuvieron que seguir trabajando como si nada, incluso mientras el cuerpo del hombre seguía en el lugar.
El hecho ocurrió mientras el local estaba en pleno funcionamiento, atendiendo al público. Testigos relataron que los paramédicos intentaron realizar maniobras de reanimación (RCP), pero no lograron salvarle la vida. A pesar de la conmoción, el resto del personal tuvo que continuar sirviendo platos y atendiendo a los comensales, sin recibir ningún tipo de contención por parte de los responsables del restaurante.
El turno terminó recién a la 1 de la madrugada, momento en el que finalmente se retiró el cuerpo. Sin embargo, el restaurante volvió a abrir sus puertas al público ese mismo miércoles por la mañana, sin considerar el impacto emocional en los empleados que vivieron la traumática experiencia.
Según trascendió, los trabajadores tampoco podrán asistir al velorio del parrillero fallecido, ya que deben cumplir con sus horarios habituales. Esto desató un fuerte repudio hacia los dueños de la franquicia, acusados de priorizar las ganancias por encima del bienestar de su personal.
La Cabrera es un restaurante con una sólida reputación en la gastronomía de alta gama, con locales en varias provincias y en la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, este episodio pone bajo la lupa el trato hacia sus empleados y expone lo que muchos consideran una grave falta de humanidad.
