En una ceremonia de clausura que superó todas las expectativas, Tom Cruise demostró una vez más por qué su nombre es sinónimo de acción y emoción. A sus 62 años, el actor estadounidense se convirtió en el protagonista indiscutible del cierre de los Juegos Olímpicos de París 2024, marcando una transición memorable hacia Los Ángeles 2028.
La escena principal tuvo lugar en el Stade de France, donde Cruise, en un espectáculo que hizo eco de su personaje icónico Ethan Hunt en la saga Misión Imposible, descendió desde lo alto del estadio. Equipado con un cable y una energía inagotable, el actor realizó una espectacular entrada que capturó la atención de todos los presentes. El momento culminante se produjo cuando Cruise aterrizó en el campo de juego, saludó a los atletas y ascendió al escenario donde H.E.R. interpretaba el himno nacional de Estados Unidos, mientras la gimnasta Simone Biles sostenía la bandera olímpica.
El acto de Cruise no se detuvo allí. Con una impecable ejecución de edición y efectos especiales, la ceremonia se convirtió en un viaje audiovisual que comenzó con el actor tomando la bandera olímpica y subiendo a una motocicleta. La moto recorrió las calles de París, atravesando icónicos escenarios como la Torre Eiffel, antes de que Cruise subiera a un avión militar. Desde allí, el actor se lanzó en paracaídas, aterrizando en Los Ángeles con un despliegue de habilidad y valentía digno de sus papeles más famosos.
Una vez en suelo estadounidense, Cruise se dirigió a la colina del cartel de Hollywood. En un momento simbólico, le cedió la bandera olímpica a una ciclista, mientras él transformaba el famoso cartel de “Hollywood” añadiendo dos aros, formando el emblemático símbolo olímpico. Esta intervención no solo reforzó la conexión entre los dos eventos, sino que también marcó un nuevo capítulo en la historia olímpica.
El viaje continuó con la bandera olímpica siendo llevada al Coliseo de Los Ángeles, sede de los Juegos Olímpicos de 1984. Allí, la música de los Red Hot Chili Peppers, con su enérgico tema “Can’t Stop”, acompañó la transición hacia la playa, donde la banda ofreció una interpretación vibrante frente al mar. Billie Eilish y Snoop Dog también tuvieron su momento en este evento inolvidable, que no solo celebró el fin de los Juegos en París, sino que también encendió el entusiasmo por la próxima edición en Los Ángeles.
La participación de Cruise, que fue mantenida en secreto hasta el último momento, se convirtió rápidamente en un fenómeno viral, generando un impacto considerable en las redes sociales. Su habilidad para fusionar acrobacias audaces con un carisma irresistible hizo que la ceremonia de clausura fuera inolvidable.