En un contexto donde la seguridad privada se enfrenta a situaciones de riesgo que van desde agresiones con cuchillos hasta enfrentamientos con grupos violentos, las armas no letales se presentan como una alternativa innovadora y eficaz. Este tipo de armamento, disponible para los guardias de seguridad privada, emplea cilindros de CO2 que disparan proyectiles kinéticos fabricados en polímero.
La adopción de este tipo de tecnología tiene un propósito claro: ofrecer una respuesta rápida y eficiente en situaciones de agresión sin recurrir al uso de armas de fuego. En incidentes donde los agresores portan objetos como cuchillos o botellas, o incluso cuando se enfrenta a varios atacantes simultáneamente, las armas no letales permiten a los guardias mantener el control de la situación sin poner en riesgo la vida de nadie.
Una de las ventajas más destacadas de estos dispositivos es que sus proyectiles son reutilizables, lo que representa una reducción considerable de los costos operativos y de capacitación. Los proyectiles pueden ser utilizados en múltiples entrenamientos, permitiendo a las empresas de seguridad optimizar los recursos y mejorar la eficiencia en la formación de sus empleados.
El impacto de esta tecnología no se limita al sector privado. En Córdoba, la policía local ha sido pionera en la implementación de estas armas no letales, logrando más de 100 intervenciones exitosas sin víctimas fatales. Este uso ha sido un ejemplo de cómo la seguridad pública y privada pueden colaborar para reducir el uso de la fuerza letal y encontrar soluciones menos destructivas para situaciones de alta tensión.
En este contexto, el presidente de BACAR TRACA S.R.L., Iván Barrera, brindó una entrevista exclusiva en el programa Contá Conmigo de Canal C Argentina, donde detalló cómo la empresa ha adoptado estas tecnologías y la importancia de su implementación dentro de la seguridad privada. Su visión, que refleja el compromiso con la seguridad sin sacrificar vidas, se erige como una de las propuestas más innovadoras en el sector.
Iván Barrera explicó en detalle los pasos seguidos por BACAR para incorporar las armas no letales en su operativa: “Lo primero que hicimos fue una inversión muy fuerte, porque no se trata solo de comprar el armamento, sino también de adquirir municiones, garrafas de CO2, y de asegurar que nuestros trabajadores reciban una capacitación especializada”. Esta inversión abarca tanto los costos iniciales de la tecnología como los recursos destinados a la formación continua de los vigiladores, quienes deben someterse a un riguroso proceso de certificación para poder utilizar estas armas de manera responsable.
Barrera destaca que este esfuerzo no solo implica la adquisición de los dispositivos, sino también una constante actualización de los protocolos de capacitación para sus empleados. “Todos los años durante el mes, capacitamos a nuestros trabajadores para la portación de armas no letales. Muchos de ellos ya tienen una formación previa, ya sea teórica o práctica, lo que facilita el proceso de integración a esta nueva tecnología”, explicó.
Además, las empresas como BACAR se someten a auditorías periódicas realizadas por la policía para asegurar que sus procedimientos de capacitación y el uso de las armas cumplen con los estándares requeridos. “Una vez que la policía aprueba la actualización de nuestro personal, tenemos un proceso de cinco días de auditoría para verificar que todo se haga según lo estipulado”, señaló Barrera.
Un aspecto crucial que Barrera subrayó es el papel del Estado en la reglamentación y la supervisión de las armas no letales en el sector privado. “Al haberse reglamentado y permitido que las empresas privadas pudieran tener este tipo de armamento, cada empresa capacita de distinta forma y lo asume según el caso. En nuestro caso, tenemos una formación continua y adaptada a las necesidades de cada cliente”, explicó el presidente de BACAR.
“Hay un trabajo triangulado entre las empresas de seguridad privada, el ministerio de seguridad y el sindicato, que a la larga es muy beneficioso para todos”, concluyó Barrera. Este enfoque colaborativo no solo optimiza las intervenciones de seguridad, sino que también genera un entorno más seguro tanto para el personal de seguridad como para la sociedad en general. Esta sinergia entre los actores involucrados ha demostrado ser beneficiosa para todos. El uso de armamento no letal se ha consolidado como una opción viable no solo para la seguridad privada, sino también para las fuerzas policiales, permitiendo respuestas rápidas y eficaces en situaciones de alto riesgo, sin el costo humano asociado al uso de armas de fuego.
La implementación de estas armas no letales está cambiando la forma en que se enfrentan las situaciones de violencia y resistencia en el ámbito de la seguridad. Empresas como BACAR TRACA S.R.L. están liderando este cambio, no solo a través de la adopción de tecnología avanzada, sino también mediante un enfoque de capacitación continua y colaboración institucional que asegura que estas herramientas se utilicen de manera responsable y efectiva.