La última dictadura cívico-militar argentina, autodenominada Proceso de Reorganización Nacional y ocurrida entre 1976 y 1983, fue la etapa más oscura y sangrienta de la historia del país.
Y, si bien el debilitamiento institucional y político de Reynaldo Bignone, el último presidente de facto argentino, comenzó antes, se conoce al 30 de octubre de 1983 como la fecha en la que la democracia volvió a estar vigente en nuestro país.
La misma se dio en las elecciones presidenciales entre el radical Raúl Alfonsín, el representante del Partido Justicialista Ítalo Argentino Luder, Oscar Alende, Rogelio Frigerio, Francisco Manrique, Álvaro Alsogaray, Rafael Martínez Raymonda, Francisco Cerro, Luis Zamora, Guillermo Estévez Boero, Jorge Abelardo Ramos y Gregorio Flores.
Horas antes de emitir su propio voto, Raúl Alfonsín dialogó con Daniel Cecchini, un joven periodista que había tenido que ocultar su ideología durante el régimen, y, cuando éste le preguntó qué significaba haber llegado a ese día, Alfonsín le respondió: “El comienzo de cien años de democracia…”.