Este miércoles 24 de mayo hubiera sido un día de fiesta para Rodrigo Bueno. Y también para toda su familia y amigos: el cantante cordobés hubiera cumplido 50 años, y lo hubiera celebrado a lo grande, como le gustaba festejar todos sus cumpleaños, como lo hizo cuando cumplió 27, en ese festejo que no se sospechaba que sería el último.
Rodrigo ya se encontraba en Miami días antes y recibió los 27 cenando en esa ciudad. Con helado en vez de torta y una vela improvisada el cantante brindó y pidió los mismos deseos de siempre: “Salud para los nenes enfermos de los hospitales y, que pare la lluvia por la gente que tiene casas precarias“.
Rodrigo, un verdadero ídolo popular
Sus discos eran los más vendidos, había hecho historia al llenar 13 estadios Luna Park haciendo delirar a más de 100 mil personas llevando su música cordobesa a la capital de Buenos Aires. Y recorrió el país al ritmo del cuartero con una gira inolvidable convirtiéndose en uno de los cordobeses más reconocidos de todos los tiempos.
Lamentablemente, el 24 de junio de ese mismo año, a menos de dos meses de sus consagrados 27 años, el cantante dejó atrás este mundo en un fatal accidente automovilístico al estrellarse con su camioneta en la Autopista Buenos Aires-La Plata. Iba acompañado por su hijo Ramiro, su exmujer, Patricia Pacheco, y Fernando Olmedo, hijo del Negro Olmedo, quien también falleció.
La historia del trágico final
El 23 de junio, horas antes del fatal accidente, El Potro había coincidido en el restaurante El Corralón con Carlos Monti, quien recuerda aquella noche como si fuera hoy. En qué mesa estaba sentado, a quiénes saludó, qué ropa vestía, qué le dijo antes de irse y también una de las conversaciones que no olvidará jamás. Aquella que llevó a Fernando Olmedo, el hijo del recordado Negro Olmedo, a subirse a la camioneta del cantante, sellando su destino fatal.
Durante una entrevista con el medio Teleshow, Monti precisó detalles del accidente fatal. “Cuando me llamaron para contarme que había muerto no entendía de quién me hablaban. Si había estado con él hacía unas horas… ¡No podía ser Rodrigo!”, expresó actual panelista de Desayuno Americano y conductor de Entrometidos.
El cantante había partido rumbo al boliche Escándalo, ubicado en City Bell, acompañado por su hijo, su exmujer y el nuevo integrante de aquella comitiva: Fernando Olmedo. “Mirá lo que es el destino: si Fernando y Rodrigo no se hubieran encontrado ahí, la historia del hijo de Olmedo probablemente hubiese sido diferente…”, reflexionó Monti.
Rey del escenario y las cámaras
El Potro, quien llevó el cuarteto a una popularidad inédita en todo el país y también a nivel mundial, se fue de este mundo en su pico máximo de exposición. Era el artista más convocante del momento, aparecía en los programas de televisión con mayor rating y había noches en que ofrecía hasta nueve shows seguidos.
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