Robert F. Kennedy Jr., conocido por su activismo ambientalista y su legado familiar vinculado a los Kennedy, ha adquirido notoriedad en los últimos años principalmente por sus posiciones antivacunas, lo que lo ha alejado de muchas figuras de su propio partido y de la política estadounidense en general. Además, en un giro inesperado, el activista ha expresado su apoyo a Donald Trump en la carrera presidencial de 2024, lo que ha generado aún más controversia en su ya dividido perfil político.
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Aunque comenzó su carrera defendiendo el medio ambiente, la lucha contra la contaminación industrial y los derechos de los pueblos indígenas, en los últimos años Kennedy ha sido criticado por promover teorías conspirativas sobre las vacunas. A través de su organización Children’s Health Defense, ha defendido la idea de que las vacunas están relacionadas con el autismo y otras condiciones, a pesar de que estas afirmaciones han sido ampliamente desacreditadas por la comunidad científica y de salud pública. Estas posturas, que han sido vistas como desinformación peligrosa por muchos expertos, lo han colocado en una posición conflictiva tanto dentro de su familia como en la política en general.
Robert F. Kennedy Jr. inició su incursión en la política como un miembro activo del Partido Demócrata, e incluso se presentó como candidato a las primarias presidenciales de 2024. Sin embargo, a mediados de año, sorprendió al abandonar la carrera demócrata y a unirse al apoyo de Donald Trump, quien ha sido un líder influyente en la política estadounidense pero cuyas posturas han generado una profunda polarización. Este cambio de rumbo de Kennedy ha dejado a muchos desconcertados, considerando su vinculación histórica con la familia Kennedy, que tradicionalmente ha estado asociada con el Partido Demócrata y con los valores liberales, especialmente en áreas como el medio ambiente y la justicia social.
A pesar de su apoyo a Trump, Kennedy ha insistido en que seguiría defendiendo algunas de sus posturas liberales, como su oposición al gasto militar elevado y su defensa de la libertad individual. Esta postura lo convierte en una figura difícil de categorizar dentro del espectro político estadounidense, dado que se aleja de las ideas más convencionales tanto del Partido Demócrata como del Republicano.
El aspecto más controvertido de la carrera de Robert F. Kennedy Jr. en los últimos años ha sido su firme oposición a las vacunas. A través de su plataforma, ha promovido ideas y teorías que vinculan las vacunas con el autismo, un vínculo que ha sido desmentido en repetidas ocasiones por la comunidad científica. Kennedy ha afirmado que el gobierno de EE. UU. y las grandes farmacéuticas están involucrados en una conspiración para promover el uso de vacunas, lo que lo ha colocado en el centro del movimiento antivacunas.
Este tipo de retórica ha sido ampliamente criticada, especialmente en un contexto global marcado por la pandemia de COVID-19, cuando las políticas de salud pública sobre las vacunas han sido fundamentales para mitigar la crisis sanitaria. Muchos de sus detractores, incluidos miembros de su propia familia, lo acusan de difundir desinformación que pone en peligro la salud pública.
En un giro aún más inesperado, Donald Trump ha sugerido públicamente que, en caso de ganar las elecciones presidenciales de 2024, podría ofrecerle a Kennedy un puesto clave en su gobierno, específicamente en el área de salud. “Le dejaré libre en sanidad, alimentación y en medicinas”, declaró Trump en un mitin, con Kennedy a su lado. Esta afirmación subraya la relación que ambos han forjado en los últimos meses, a pesar de las tensiones ideológicas entre Kennedy y la mayoría de los miembros del Partido Republicano.
El posible nombramiento de Kennedy al frente de la política sanitaria de EE. UU. sería altamente controversial, dado su historial en temas de salud pública y su postura antivacunas. En un contexto posterior a la pandemia de COVID-19, donde la confianza en las instituciones sanitarias ha sido puesta a prueba, su nombramiento podría generar un fuerte rechazo entre aquellos que defienden las políticas tradicionales de salud pública.
El apoyo de Kennedy a Trump ha causado un cisma en su relación con la familia Kennedy, históricamente vinculada al Partido Demócrata. Varios de sus hermanos han expresado su desaprobación por sus posturas y su apoyo a Trump, acusándolo de “traición”. Este distanciamiento refleja la polarización que ha marcado la carrera política de Robert F. Kennedy Jr., quien, a pesar de su apellido, ha tomado caminos muy diferentes a los de su familia en temas cruciales como la política ambiental, la justicia social y la salud pública.
La política de salud pública de Robert F. Kennedy Jr. será, sin duda, un tema clave en su legado político. Si Trump gana la presidencia y sigue adelante con sus planes de nombrarlo en su gabinete, el impacto de este nombramiento podría resonar en todo el país. Por un lado, sería una victoria para aquellos que desean desafiar las políticas sanitarias tradicionales y la influencia de las grandes farmacéuticas. Pero por otro, podría poner en riesgo los avances logrados en la lucha contra las pandemias y otras crisis sanitarias, alimentando las divisiones sobre temas tan cruciales como las vacunas y la salud pública.