Una conmovedora historia tuvo lugar este viernes por la madrugada en barrio Villa Martínez, al oeste de la ciudad de Córdoba. Mientras vigilaban la zona, dos oficiales de la Policía a bordo de un patrullero fueron alertados por un papá desesperado: su esposa Gimena Hildalgo, de 32 años, había entrado en trabajo de parto en su casa y no podía trasladarla a un hospital.
Cuando fueron alertados por el hombre, llegaron hasta el domicilio donde la bebé ya estaba queriendo conocer el mundo, y los tres uniformados se pusieron a asistir a la joven mamá. “Arribamos hasta el domicilio y desciende Jazmín Carreño del móvil. Empieza a recabar los primeros datos y me transmite a mí para informarlo a la central. Solicito el servicio de Emergencia, pero se adelantó y entró en trabajo de parto. Y llegó Sergio para colaborar con nosotros”, cuenta uno de los policías.
“Hay que ponerse los guantes, muchachos” cuenta el oficial Sergio que les dijo a sus compañeros Matías y Jazmín. “Sacamos los guantes y planificamos todo, hablamos todo con el papá y la mamá, vimos el lugar y las circunstancias… y nació. Con un poquito de cada uno vino con nosotros“, relata.
Por su parte, la oficial mujer señaló que la mamá era primeriza y que “estaba muy nerviosa, así que cada vez que le agarraba una contracción sufría un montón. Fue algo conjuntamente con los tres de hablarle, tranquilizarla. Empieza a dar a luz y cada uno se encargó de algo”. Una vez que llegó el personal médico del 107, pudieron cortar el cordón umbilical bajo condiciones de salubridad eficientes. Luego, se trasladó a la familia a un nosocomio para ser asistidas. Así, Francesca llegó a este mundo.
Cobertura: Ariel Zalio