Paul Starc, nuevo presidente de la UIF: ¿Quién es?

La elección de Paul Starc para liderar la Unidad de Información Financiera (UIF) refleja un giro estratégico del Gobierno de Javier Milei.
La elección de Paul Starc para liderar la Unidad de Información Financiera (UIF) refleja un giro estratégico del Gobierno de Javier Milei.

Este jueves, el Ejecutivo de Javier Milei anunció un cambio en la cúpula de la Unidad de Información Financiera (UIF) al nombrar al fiscal federal Paul Starc como nuevo presidente del organismo. Este movimiento, que puede interpretarse como una jugada en el tablero político y judicial del oficialismo, llega en un momento de alta polarización dentro del Gobierno y bajo la mirada crítica de la oposición.

El nombramiento de Starc no fue solo una cuestión técnica o administrativa; estuvo marcado por el deseo del Gobierno de colocar al frente de un organismo clave en la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del crimen organizado a una figura con experiencia judicial, pero con un perfil complejo y una trayectoria vinculada a ciertos episodios controversiales que marcaron su carrera. En este sentido, el nombramiento de Starc no pasó desapercibido ni dentro de la política ni en el ámbito judicial, generando especulaciones sobre sus implicancias a nivel interno en el Gobierno.

Paul Starc, actual Fiscal en lo Criminal y Correccional de Tres de Febrero, cuenta con una extensa carrera dentro del sistema judicial, destacándose por su participación en diversos casos resonantes. Su nombramiento en la UIF, sin embargo, remonta a un perfil complejo que ha sido objeto de controversia, especialmente por episodios en los cuales su gestión fue puesta en duda.

Uno de los eventos más recordados que marcó su carrera fue su involucramiento en la fallida búsqueda de la familia Pomar, en 2009. Este caso, en el que Starc estuvo a cargo de la investigación, se convirtió en un escándalo debido a los errores cometidos en la coordinación de los rastrillajes, lo que provocó un retraso de 24 días en el hallazgo de los cuerpos. La situación generó una presión pública y política tan fuerte que obligó a Starc a renunciar a su cargo en 2010. Este episodio, que quedó marcado en la memoria colectiva, le significó un duro golpe a su imagen pública, pero no impidió su posterior ascenso en la carrera judicial.

Desde entonces, Starc ha continuado investigando y liderando casos de alto perfil, como el de narcotraficante Mameluco Villalba y el secuestro del empresario Daniel Rebagliati. A pesar de haber dejado atrás estos desaciertos, su nombre sigue estando vinculado a ese hecho, lo que genera una división de opiniones sobre su capacidad de gestión y su fiabilidad en un cargo de alto perfil como el de la UIF.

El cambio en la UIF no es un simple ajuste administrativo; responde a una serie de dinámicas internas dentro del propio Gobierno de Javier Milei. La figura de Paul Starc es parte de un movimiento más amplio impulsado por figuras clave dentro del Ejecutivo. Fuentes cercanas aseguran que la elección de Starc responde a un empuje de Santiago Caputo, un asesor presidencial con una creciente influencia en el gobierno. Caputo, que ha consolidado su poder dentro de la gestión de Milei, habría visto en la figura de Starc una opción estratégica para asumir el control de un área tan sensible como la UIF.

Las tensiones entre Caputo y Talerico no son un asunto menor. Talerico, quien también tuvo un papel importante en la UIF durante el gobierno de Mauricio Macri, denunció públicamente lo que consideraba “montajes peligrosos” dentro del Gobierno actual, lo que generó un clima de confrontación con el entorno presidencial. Es en este contexto que la elección de Starc, exmarido de Talerico, cobra relevancia. La designación, además de marcar un giro en la gestión de la UIF, parece tener connotaciones de revancha y ajuste de cuentas dentro del círculo cercano al presidente.

Asumir la presidencia de la UIF no será una tarea sencilla para Paul Starc. El organismo tiene por delante desafíos cruciales, especialmente en un contexto de creciente preocupación por la corrupción y el crimen organizado. El rol de la UIF, encargado de prevenir y detectar el lavado de dinero, será fundamental en la gestión de la transparencia financiera del país, una misión que se torna aún más compleja dado el contexto político y las expectativas sociales.

A pesar de la experiencia acumulada de Starc en el ámbito judicial, el nombramiento también enfrenta una fuerte resistencia tanto desde la oposición como desde sectores del propio oficialismo. Las críticas se centran principalmente en la falta de confianza en su capacidad para liderar un organismo de tal envergadura, especialmente dado el pasado polémico que arrastra. La pregunta que muchos se hacen es si su gestión será efectiva en la lucha contra el crimen organizado y el lavado de dinero, o si su permanencia en la UIF se verá marcada por las tensiones internas que ya están comenzando a aflorar.

El nombramiento de Starc también coloca de nuevo sobre la mesa la cuestión de la independencia de la UIF y su relación con los sectores políticos, especialmente considerando su vinculación pasada con el peronismo y su cercanía con figuras que hoy operan dentro del espacio del oficialismo.

¿Cómo reaccionó María Eugenia Talerico ante la designación de Paul Starc, su exmarido, en la UIF?

La reciente salida de Ignacio Yacobucci de la presidencia de la Unidad de Información Financiera (UIF) y su reemplazo por el fiscal federal Paulo “Paul” Starc, exmarido de María Eugenia Talerico, ha desatado una serie de reacciones políticas, personales y de disputas internas que reflejan la creciente polarización dentro del Gobierno de Javier Milei. La exvicepresidenta de la UIF durante el gobierno de Mauricio Macri, Talerico, no tardó en manifestar su descontento ante la designación de Starc, un nombramiento que, según ella, está marcado por la injerencia política de Santiago Caputo, asesor presidencial clave y figura detrás de la decisión.

A través de un mensaje en su cuenta de la red social X, Talerico expresó su molestia por la destitución de Ignacio Yacobucci, calificando su remoción como parte de una maniobra destinada a habilitar una mayor “injerencia política” en la UIF. La exfuncionaria destacó el carácter “ejemplar” de Yacobucci, a quien el gobierno acusó de realizar gastos excesivos en viajes al exterior, una justificación que Talerico descalificó, argumentando que se trataba de una persona “capaz, honesta y que ha sido muy diligente con su trabajo”.

Talerico no dejó pasar la oportunidad para criticar abiertamente la designación de Starc. Aunque reconoció la relación personal con él, al ser el padre de sus dos hijas, dejó en claro su preocupación por el nombramiento. "Seguiré muy atenta al funcionamiento institucional de organismos claves en materia de investigación e inteligencia, por las denuncias de injerencias políticas indebidas que vengo denunciando", afirmó, subrayando que la decisión podría no ser la más adecuada para garantizar la independencia de la UIF.

Sin embargo, la exvicepresidenta no se limitó solo a los aspectos personales y laborales de la situación, sino que se centró en lo que consideró un “apetito del Gobierno por tener injerencias indebidas” en instituciones clave del Estado. En su mensaje, también mostró preocupación por las posibles futuras designaciones dentro del organismo: “Ahora esperemos que no se nomine a un Presidente que haya sido funcionario K o que haya apoyado a Lijo, porque cantamos BINGO”. Esta declaración, una clara referencia a la figura del juez Ariel Lijo, generó incertidumbre sobre el rumbo que podría tomar la UIF y sobre las lealtades políticas que podrían influir en su funcionamiento.

El conflicto entre María Eugenia Talerico y Santiago Caputo, asesor presidencial, ha venido escalando durante las últimas semanas. El enfrentamiento se intensificó cuando, en medio de las críticas a la gestión de la UIF durante el gobierno de Mauricio Macri, se filtró una lista de la ex AFIP que, según algunos interpretaciones, habría protegido a empresarios cercanos al kirchnerismo, como Lázaro Báez y Cristóbal López, durante la gestión de Cambiemos. Esta situación colocó a Talerico en el centro de las críticas, lo que profundizó aún más las tensiones entre ella y Caputo.

El enfrentamiento llegó a su punto culminante con un mensaje en la cuenta de X “MileiEmperador”, atribuida a Caputo, en el que el asesor presidencial anticipó, días antes de que se hiciera público el cambio en la UIF, que se reiría de Talerico “la semana que viene”. Esta provocación, que muchos interpretaron como una muestra de la rivalidad personal entre ambos, se vio reflejada en el nombramiento de Starc y en la eventual derrota de Talerico en la disputa por el liderazgo de la Dirección de Migraciones, cargo para el cual había sido considerada, pero que finalmente fue vetado por Caputo.

Talerico, quien interpretó estos movimientos como una “señal de revancha”, lamentó la interferencia personal en decisiones que, según ella, deberían ser estrictamente institucionales. En privado, comentó a sus allegados que el conflicto no solo era político, sino también de carácter personal, alimentado por la rivalidad con Caputo.

El cambio en la UIF y la destitución de Yacobucci también fueron objeto de debate en los círculos de la oposición, particularmente en sectores del PRO más combativos frente a La Libertad Avanza. Estos actores políticos vieron en el desplazamiento de Yacobucci una señal de que podría existir un supuesto pacto de impunidad entre Javier Milei y Cristina Kirchner. Según esta interpretación, el acuerdo buscaría garantizar los votos necesarios en el Senado para la consagración de Ariel Lijo como nuevo miembro de la Corte Suprema, lo que alimentó aún más las teorías sobre las motivaciones políticas detrás de los cambios en la UIF.

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