Finalmente, Pablo Moyano decidió continuar en el triunvirato que conduce la Confederación General del Trabajo (CGT). En una reunión con sus aliados, el dirigente del Sindicato de Camioneros no concretó su abandono de la central obrera. Si bien hubo muchas internas, la gota que rebalsó el vaso habría sido que el sector mayoritario de la central obrera no lo invitó a la comida de anoche con Alberto Fernández en la Quinta de Olivos.
Sus rivales internos sostuvieron que el dirigente de Camioneros no recibió adhesiones entre sus propios aliados para irse en bloque de la CGT y formalizar una ruptura que existe de hecho. En un encuentro realizado en la sede de su gremio, Pablo Moyano analizó sus pasos así como de los representantes del Frente Sindical por el Modelo Nacional (Fresimona), donde militan Mario Manrique (SMATA), Omar Plaini (canillitas), Juan Pablo Brey (aeronavegantes), Raúl Durdos (SOMU), Graciela Aleñá (viales) y Cristian Jerónimo (vidrio), entre otros.
Las diferencias con los otros sectores, más conservadores en su mirada sobre cómo afrontar los conflictos, fueron en aumento en los últimos meses. Pablo Moyano chocaba permanentemente con los otros dos jefes de la CGT, Dáer y Acuña, pero también con el ministro de Trabajo, Claudio Moroni. Al mismo tiempo, aseguran que el cosecretario general es el más crítico de la gestión de Alberto Fernández de sus compañeros en la CGT.
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