En una nueva edición de Realidad 2024 el conductor Cristian Pérez Moyano reflexiona sobre algunos epítetos fuertes dichos en el lanzamiento de la campaña del presidente Javier Milei,“una forma de hacer política, construyendo un enemigo para construir poder”.
En su reciente discurso, el presidente Javier Milei volvió a desplegar el estilo provocador que lo caracteriza, lanzando fuertes acusaciones contra periodistas, a quienes llamó “ensobrados”. Este ataque, dirigido a los medios de comunicación, pone en evidencia una estrategia similar a la que criticaba durante su ascenso al poder.
Como periodista, es imposible no cuestionar qué tan lejos está Milei de aquello que llama “la casta” cuando, al mismo tiempo, adopta muchas de las prácticas que antes repudiaba.
Milei ha construido su narrativa como alguien que viene a romper con la política tradicional. Sin embargo, ¿es realmente diferente de lo que tanto cuestiona? En los últimos días, se ha observado un accionar que nos lleva a reflexionar: el uso de recursos del Estado para movilizar gente a sus actos, la propuesta de jueces federales con un pasado cuestionable, y la constante creación de enemigos en los medios, una táctica política que recuerda mucho a la utilizada por el kirchnerismo en su época de mayor confrontación con la prensa.
Es inevitable plantearse: ¿qué tan lejos está Milei de la misma casta que critica? La retórica parece desvanecerse cuando se trata de manejar el poder desde la Casa Rosada. Como lo mencionó en su reciente conferencia, el presidente sigue cargando contra aquellos que lo cuestionan, pero a diferencia de lo que solía hacer en sus días de panelista en televisión, ahora tiene la responsabilidad de gobernar. Y con esa responsabilidad, vienen los mismos desafíos que enfrentaron aquellos a quienes tanto criticó.
En este sentido, la pregunta queda abierta: ¿Milei es realmente el cambio que prometió, o solo es una nueva cara del viejo esquema? Por ahora, las señales son mixtas. Sus ataques contra los medios y las decisiones políticas que ha tomado hasta ahora sugieren que la promesa de una “nueva política” podría no ser tan nueva como se esperaba.