En el programa "Futuro imperfecto" se abordó uno de los temas más relevantes para la sociedad argentina: el acceso a la educación universitaria y su futuro incierto.
El conductor de ‘Futuro Imperfecto‘ que se transmite por Canal C Argentina presento una reciente entrevista en Radio Mitre con el pedagogo Alieto Guadagni lanzó una frase que resuena con urgencia: "La batalla inicial es eliminar el ingreso irrestricto". Esta declaración revela una problemática crucial en nuestra educación superior que no podemos seguir ignorando.
La universidad es un sueño para muchos padres que anhelan ver a sus hijos graduarse. Sin embargo, el acceso irrestricto ha creado una paradoja: a pesar de contar con un alto número de estudiantes, nuestras tasas de graduación siguen siendo bajas. La comparación con países como Brasil y Chile es elocuente; allí, "para ingresar a la universidad pública o privada, se debe rendir y aprobar un examen previo que toma el Estado". Estos países tienen más graduados por habitante que nosotros.
En Argentina, "la ley prohíbe el examen de ingreso". Aunque la inclusión es un principio valioso, el ingreso sin filtro puede resultar en deserciones y en un desperdicio de talento. Guadagni señala que "una cosa es que la universidad sea gratuita y otra es que se ingrese sin haber sorteado una prueba para saber si esa persona está capacitada".
Además, el financiamiento de las universidades es otro punto crítico. Si bien no podemos arancelar el acceso, alternativas como el modelo uruguayo son interesantes. Guadagni explica que "en Uruguay, los graduados que se ar universitariamente a partir del quinto año de haberse recibido tienen que contribuir mensualmente", lo que permite financiar becas para otros estudiantes.
El rector de la Universidad Nacional de Córdoba defiende el ingreso irrestricto, argumentando que "si pusieran un filtro, muchos quedarían en la puerta". Sin embargo, esa apertura no garantiza que todos los ingresantes terminen sus carreras.
La educación en Argentina atraviesa un momento crucial. Abordar el tema del ingreso universitario y la calidad educativa nos concierne a todos. Si aspiramos a un futuro mejor, debemos equilibrar inclusión y excelencia.
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